POLITICA
Nueva etapa

Javier Milei ante una semana desafiante: el paro y la discusión en el Congreso le marcan el ritmo

El Presidente descansa en el ala política cuando se trata de la negociación de la ley ómnibus. “Esperemos a que corra la semana”, dice, sin querer arriesgar resultados sobre los días en los que tendrá que enfrentar la discusión en la Cámara de Diputados y el paro y movilización, propuestos por la CGT.

Javier Milei
Javier Milei | Presidencia

“De eso se ocupa el ala política”, responde Javier Milei cuando se le consulta sobre el poroteo y la rosca que por estas horas se lleva toda la atención y tensión. ¿De quiénes habla y a quiénes autoriza en este rubro para negociar con los aliados la ley ómnibus? A su jefe de Gabinete, Nicolás Posse; al ministro del Interior, Guillermo Francos; al asesor, Santiago Caputo; el titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem; y, aunque no aparezca entre los principales nombres en búsqueda de votos, también a la vicepresidenta Victoria Villarruel. Aunque tuvo idas y vueltas, en las últimas semanas, el Presidente se encarga de mencionarla cuando enumera a sus dirigentes políticos y encargados de avanzar con el tratamiento de la megaley

El gobierno de Javier Milei entrará en las próximas horas en una semana de la que necesita salir airoso. Aunque el proyecto “Bases para la Reconstrucción de la Economía Argentina” ya lleva cientos de modificaciones, su media sanción será tomada como un triunfo político, sobre todo, después de las objeciones y críticas que recibió no sólo el proyecto, sino también el Presidente por enviar un texto que merecía un debate más amplio. Si finalmente la norma avanza en una sesión planificada para el jueves, será motivo de celebración ante la tan repetida debilidad parlamentaria de La Libertad Avanza que con apenas 38 diputados y sin darle la presidencia a un aliado consiguió los votos. No importa en el oficialismo cuánto cambie la ley. 

Debate Ley Ómnibus 20240120
Debate. La Comisión buscará dictamen para sesionar el jueves.

Javier Milei no quiere arriesgar resultados. “Esperemos a que corra la semana”, dice en la intimidad de la Quinta de Olivos. Confía en su equipo político a cargo de la negociación encabezados por Nicolás Posse, Guillermo Francos, Martín Menem y Victoria Villarruel a la que esta semana se sumó Santiago Caputo. La presencia del asesor en el Congreso en estos días, sirvió como garantía de que el propio Milei avalaba las negociaciones y cambios que ellos llaman “mejoras” en medio de la incertidumbre de la oposición light sobre el texto final que se pondrá en discusión. 

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Aunque en un principio hubo cortocircuitos por el rol autónomo que supo mostrar la vicepresidenta, Milei se ocupa de mencionarla dentro de este pelotón en el que confía para sacar la megaley. Desde el entorno de Villarruel detallaron que habla con gobernadores sobre el texto y sigue muy de cerca el debate para estar preparada una vez que llegue al Senado. “Pero no se mete en el terreno de Martín Menem ni de Guillermo Francos”, aclaran para no inquietar a la Casa Rosada. 

“Hay que ver si es masiva la marcha”, dicen desde el Gobierno sobre el 24E

“Milei aún está bien en la calle, no es momento para ir en contra”, dice un diputado de la oposición que se muestra resignado a dar los votos. Mientras el peronismo se prepara para rechazar por completo el proyecto, la oposición light busca dar muestras de gobernabilidad y responsabilidad a la espera de que el electorado se lo agradezca. 

“Yo nunca pienso el juego de una sola partida”, dice Milei en la intimidad de Olivos cuando lo consultan sobre el desafío  en esta semana, en la que no sólo el Gobierno debe conseguir una media sanción. Afronta el primer paro y una masiva movilización. Y como ejemplo, pone a los cruces con el gobernador de La Rioja. “Si no, mirá cómo hice que Quintela se pegara solito un tiro en el pie”. Habla de la emisión de una cuasimoneda provincial que generó críticas no sólo de la dirigencia política; también de los empleados estatales que las recibirán como parte del salario. 

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El miércoles 24 de enero marcha la CGT. 

El paro y movilización del 24 de enero será otra batalla que deberá asumir el Gobierno. “Hay que ver si es masiva la marcha”, dicen desde la Casa Rosada que celebran que sus representantes y caras visibles sean Pablo Moyano y Héctor Daer, quien ayer le advirtió a los legisladores que “los dialoguistas no van a poder caminar por la calle” si aprueban las privatizaciones. “Si nuestros enemigos políticos son esos, tenemos todo para ganar”, dicen desde el entorno presidencial al asegurar que a estos dirigentes la ciudadanía ya les dijo que no en las urnas. 

El protocolo antipiquete lanzado por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich también se pondrá a prueba el miércoles. Desde el área que conduce la dirigente del PRO ya planificaron el operativo con el despliegue de efectivos en los ingresos y espacios del gobierno federal. Esperan a que los organizadores mantengan una reunión el lunes con las autoridades de seguridad de la Ciudad de Buenos Aires para terminar de definir los detalles. “Debemos garantizar que los que quieran continuar con su rutina puedan hacerlo”, dicen. El diálogo entre los sindicalistas y el gobierno nacional está roto: Patricia Bullrich pretende hacerles pagar el costo de los operativos por las manifestaciones y Guillermo Francos los defraudó con la ley ómnibus. El objetivo de los organizadores del 24 de enero es mostrar que a la calle no sólo sale el sindicalismo, sino que también el peronismo tiene músculo y que además consigue autoconvocados que llegan a la marcha por sufrir las políticas de ajuste. Creen que este miércoles puede ser el punto de partida para la resistencia.