Está entusiasmado. El cierre de la boleta a legisladores –donde involucró a todos los sectores del PRO, a dirigentes de Ricardo López Murphy y hasta se ganó un elogio de Elisa Carrió– lo dejó satisfecho. Pero, sobre todo, Jorge Macri está convencido de que el PRO tiene la posibilidad cierta, con un precandidato único, de quedarse en el Gobierno de la Ciudad.
En este marco, ayer en plaza Lezama presentó la boleta de diputados porteños que lo acompañan y que encabeza el lopezmurphysta Franco Rinaldi, periodista y liberal, quien le pondrá su impronta (con temáticas como el aeroparque, el puerto y la baja de impuestos) a una campaña hacia las PASO de apenas un mes y medio. Además, estuvo en San Telmo con su mujer, Belén Ludueña, y todos participaron del primer timbreo porteño, un clásico del PRO y de los años de Mauricio Macri en la Ciudad.
Paralelamente, el precandidato ya grabó esta semana, en tres plazas distintas, sus primeros spots que se podrán ver a partir de esta semana. En su equipo de campaña tomaron la decisión de no confrontar de manera directa con su adversario, el senador radical Martín Lousteau, quien viene siendo muy crítico del ministro de Gobierno porteño.
En este contexto, a diferenciarse de Lousteau, quien el jueves se lanzó con un acto en el club Argentinos Juniors donde hubo militancia y también micros y estructura movilizada, Jorge Macri no organizará un acto para presentarse. Es más: salvo algunas fotos puntuales, como con María Eugenia Vidal el jueves o Patricia Bullrich el viernes, no se lo verá con dirigentes, sino en contacto directo con los vecinos, según apuntan cerca del precandidato.