Con sigilo y sin grandes estridencias, el jefe de Gobierno, Jorge Macri se embarcó el jueves hacia Roma con el fin de participar de la canonización de Mama Antula y con la idea de reunirse con el papa Francisco.
Desde que asumió en la Ciudad, el jefe comunal ha tenido un particular interés en los cultos religiosos. La relación con la Iglesia Católica es un vínculo que cultiva: estuvo un par de veces en la Catedral y suele dialogar con José Ignacio García Cuerva, el arzobispo de Buenos Aires. También mantiene relación con los pastores evangélicos, quienes incluso fueron claves para que Gabriel Mraida sea el elegido, en diciembre, para ocupar la silla de ministro en Desarrollo Humano.
Además, participa activamente de actos y entabló relación con la comunidad judía. Estuvo con la DAIA y participó, en el Museo del Holocausto, en un encuentro con el Presidente recordando a las víctimas de la Shoá. Para estos vínculos tiene dos activos: el primero es el ministro de Seguridad, Waldo Wolff, ex vicepresidente de la DAIA y un hombre de máxima confianza del jefe de Gobierno. Y Pamela Malewicz, la funcionaria a cargo de Derechos Humanos.
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Si bien toda la semana en Uspallata se cuidaron de que no trascienda el viaje, el jefe comunal está muy interesado en reforzar su relación con el Vaticano. Por ello, además del secretario general y experto en Relaciones Internacionales, Fulvio Pompeo, está en la comitiva porteña la secretaria de Bienestar y Tercera Edad, Victoria Morales Gorleri, que lo acompaña.
Morales Gorleri fue legisladora y diputada nacional del PRO y cuenta con una relación directa hace más de 30 años con el entonces cardenal Jorge Bergoglio, quien la considera su “amiga” y, acaso, una persona de extrema confianza.
Con todo, en la celebración que se realizará hoy en la Basílica de San Pedro el jefe de Gobierno se cruzará con el presidente Milei. Otra foto que los mostrará juntos mientras aún los fondos que reclama la Ciudad por coparticipación no llegaron.
