Córdoba - "No nos movemos de acá hasta que no se cuente el último voto", advirtió a medianoche el intendente y candidato a gobernador de Córdoba, Luis Juez, frente al lento escrutinio provincial que exhibía una ventaja clara pero decreciente de su contrincante, el justicialista Juan Schiaretti.
"Nuestros fiscales dicen que ganamos por 24 puntos en la capital y triunfamos en Río Tercero, San Francisco, Colón, Punilla, y perdimos en Río Cuarto", contrastó Juez, frente a los datos oficiales. La carga lenta del escrutinio, en especial las mesas de la capital, motivaron la suspicacia y el alerta del juecismo, que intuyó una maniobra.
"Schiaretti hizo toda una pantomima, pero en algún momento hay que mostrar los naipes, más tarde o más temprano van a tener que reconocer la derrota", afirmó Juez, en diálogo con TN. Cuatro horas antes, cuando los medios transmitieron las imágenes de Schiaretti proclamándose como ganador a partir de las encuestas en boca de urna, Juez se había presentado por primera vez frente a los medios tras el cierre de los comicios, pidió "prudencia" y llamó a sus militantes a "cuidar las urnas".
"Soy el próximo gobernador", dijo Juez, entre tenso y vehemente, y cargó contra Schiaretti y el aparato justicialista, porque según alertó "manejan dinero y a la policía".
Las expectativas se hundieron luego a la espera de los primeros resultados del escrutinio, que siempre avanzó lenta y caprichosamente. La jornada había comenzado temprano, cuando Juez fue a votar al colegio Blas Parera a las 9.40, con su esposa, María Victoria, y sus tres hijos, Agustina, Martín y Milagros. El colegio había abierto las puertas casi una hora después de las 8 de la mañana. Afuera esperaba una cola de gente humilde, la que más abunda en el modesto barrio Alberdi en donde sufragó Juez.
El intendente llegó embalado, como casi siempre, después de cumplir con su propia cábala: pasar por la iglesia Santo Domingo y rezar una oración a la Virgen del Milagro, de la cual se confiesa devoto. Saludó a todos, dejó frases calientes y contó cómo seguía su día: "Ahora mismo me voy a llevar a votar a unas amigas de mi mamá que ya están grandes y no pueden ir solas, y que los hijos no la llevan". "La Juana" y "la Porota" lo esperaban. Después invitó a un asado en su casa a todos los que se le cruzaban por el camino. Antes, se despegó de la puja nacional, al advertir que a los cordobeses le importan los problemas locales antes que "Cristina" y la competencia electoral por la presidencia. Por la tarde se instaló en el hotel Sheraton para acompañar el escrutinio. La jornada todavía tenía una larga espera por delante y un final incierto.
Fuente: Dyn