Sentado, con las manos entrecruzadas, escuchando a los que le sugieren soluciones, como si fuera un emperador. Asiste acompañado por más de doce personas a cada evento que va. Es la postal más vista de Julio De Vido, el ministro más fuerte de las últimas dos semanas, al que Cristina le encargó la solución de los conflictos más duros abiertos por el Gobierno después de las elecciones: dólar, subsidios, gremios, Aerolíneas e industriales. Quiere que los liquide antes de las fiestas, para que haya un verano en paz.
“La Presidenta deposita su confianza en De Vido porque trabaja intensamente y está desde la fundación del kirchnerismo. Se habían distanciado porque ella es muy dura no sólo con los temas profesionales sino personales: no soportó que De Vido se separara de su anterior mujer, porque eran amigas. Pero se reconciliaron cuando murió en un accidente un hijastro de Julio, el año pasado”, confió una fuente que conoce el círculo íntimo del ministro.
De Vido es hoy el ejecutor de la “sintonía fina”, lo que en el diccionario oficial significa controlar todos los números, para engrosar la fortaleza de la economía interna. Poner la lupa en los gastos de Aerolíneas, el transporte y los beneficios que los sindicatos obtienen en las obras sociales. CFK busca amputarlos.
De Vido dijo a sus colaboradores esta semana que el dinero que se recorte de los subsidios irá para “aguantar la crisis internacional si empeora” y también a los municipios del GBA que se verán afectados por la suba en las tarifas.
“El comité de subsidios lo maneja De Vido. Los tiempos, la Presidenta. El que maneja todo en el llano es Roberto Baratta (mano derecha del ministro) y los que se incorporan son Guillermo Moreno y Débora Giorgi”, precisó una fuente del Palacio de Hacienda a este diario.
Se hacen informes diarios, sector por sector, y empresa por empresa, que le llegan a De Vido a su despacho. Cada tanto se reúnen todos. “La idea es recortar sin afectar la competitividad. Por ejemplo, si se recorta a un sector, no se les van a quitar los subsidios a todas las empresas de un sector, sino que se va a evaluar a qué empresas se puede afectar y a cuáles no.
Incluso, a algunas se les van a aumentar los subsidios para demostrar que no hay un problema de caja”, manifestó una fuente de Planificación.