La firma de un decreto presidencial para habilitar de manera exprés los contratos con los laboratorios estadounidenses productores de vacunas como Pfizer, Moderna y Janssen pondría punto final a la polémica parlamentaria sobre el contenido de la Ley de Vacunas, centrada específicamente en la incorporación de la palabra “negligencia”, supuesta culpable del freno a las negociaciones.
En la sesión del jueves en la Cámara de Diputados, Juntos por el Cambio encaró una embestida contra el oficialismo para intentar poner en evidencia la falta de voluntad de modificar la ley de vacunas para quitar el término en cuestión y también para exigir la llegada de la vacuna Pfizer, habilitada para jóvenes de 12 a 18 años.
A través de tres pedidos de apartamiento del reglamento, la oposición buscó incorporar estos temas en la sesión, pero no reunió los tres cuartos de los votos necesarios para lograr el objetivo. No obstante, el revuelo ya estaba armado y según analizan puertas adentro de Juntos por el Cambio, la maniobra sirvió para terminar de convencer al Gobierno de la necesidad de encarar los cambios que estaban en carpeta.
“Mientras Cristina Kirchner dice que la oposición ‘odia a los argentinos’, el oficialismo no quiso destrabar en Diputados el arribo de vacunas de Pfizer (14 millones de dosis) y también rechazó una ley para facilitar que lleguen vacunas para cien mil chicos que están desesperados”, se quejaba el jefe del interbloque de Diputados de Juntos por el Cambio, Mario Negri.
Con la novedad del DNU, Elisa Carrió fue aún más fuerte: “Sobre la conciencia de Cristina Kirchner, que hizo poner la palabra negligencia para que no se haga el contrato con Pfizer, van a pesar por siempre la muerte de miles de argentinos”.
Uno de los tres diputados que encaró la movida en el Congreso, el catamarqueño de la Coalición Cívica Rubén Manzi, evaluó en diálogo con PERFIL que “si bien nosotros perdimos la votación, el número nos ganó, pero ganamos políticamente, porque el Gobierno buscó una vía cuestionable como es el DNU, pero nos terminó dando la razón”.
Otra de las protagonistas, la legisladora del PRO Carmen Polledo, autora de la iniciativa para quitar la palabra “negligencia” del texto original, evitó poner el foco en el modo en que el Gobierno terminaría resolviendo el asunto y confió en que “ojalá resuelvan y destraben el problema de la compra de vacunas de laboratorios americanos”.
Desde el oficialismo, en tanto, explicaron a este diario que con la firma del DNU el tema quedaría resuelto, pese a que en un principio desde el entorno de Santiago Cafiero y el equipo técnico de Jefatura de Gabinete les habían señalado que no era posible modificar la ley a través de un DNU.
Una de las maneras de subsanar este conflicto sería llevar el DNU a la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo para darle el aval de ambas cámaras y luego llevarlo al recinto en el Senado para manifestar el consenso tanto del oficialismo como de la oposición.
En paralelo, el Frente de Todos también pide evaluar por qué la Anmat está demorando la aprobación para uso pediátrico de la vacuna china Sinopharm que ya se está aplicando a adultos en Argentina y otros países del mundo la están usando en menores de 18, comentaron fuentes parlamentarias.
Más allá de la posible resolución del conflicto, luego de más de seis meses de idas y venidas, los comentarios parlamentarios no pasan por alto el descrédito que sufrieron los integrantes del bloque oficialista que dieron explicaciones sobre por qué no se iba a modificar la ley y horas después llegaba la noticia sobre el DNU presidencial.
“No vamos a cambiar las leyes todas las semanas, vamos a cambiarla cuando tengamos la garantía de la industria”, advirtió el titular de la Comisión de Salud Pablo Yedlin, en respuesta a la presión opositora para cambiar la normativa. En la vereda opositora, el gesto de Yedlin fue analizado como parte del alineamiento con el Gobierno aunque ello les signifique pagar un costo político por quedar en off side frente a la estrategia que se tejía a alto nivel.
