POLITICA
SIN EXPECTATIVA DE UNIDAD

Kicillof juega a fondo la interna que comanda CFK

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Críticas. El gobernador y Máximo Kirchner con un mensaje común. | GPBA

En La Plata, donde vive y trabaja el gobernador Axel Kicillof, ya no se habla de unidad sino de dos proyectos, dos caminos diferentes que deberán sostenerse con alambre hasta la próxima elección. Si eso es posible nadie lo sabe, pero la certeza del nuevo escenario motivó cambios que comenzaron a verse esta semana.

El gobernador aprovechó actividades de gestión para mostrar su preocupación por la aparente inercia del gobierno nacional a la vez que morigeró acciones con jefes comunales para iniciar una red de control de precios y otras medidas vinculadas con el bolsillo. Además, se incorporó al tour crítico que comandó el diputado Máximo Kirchner y con la espalda de intendentes y legisladores del PJ. Todo bajo la “supervisión” de la jefa política, Cristina Kirchner.

 —¿Ella lo pidió?, preguntó PERFIL. “No, ella no conduce así, no precisa pedir nada. La situación se agravó y no estamos dando respuestas” sentenciaron desde el oficialismo provincial.

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Según coinciden en relatar varias usinas kicillofistas, el alerta fue apurado por las cifras inminentes de una inflación de seis puntos, las demandas en las zonas más pobladas por comida y asistencia y por la certeza del aumento de tarifas.

“Axel tiene una relación personal con Alberto, se aprecian mucho, pero no está dispuesto a acompañar cualquier decisión absurda, el límite es el recorte” indica a este medio una de las espadas del gobernador. Y en esa línea acompaña la movida de Máximo K, aunque con ciertas reservas debido a su rol de mandatario y a cierta diferencia de perfiles. Como jefe del peronismo bonaerense, el diputado nacional es uno de los encargados de la red de construcción y contención en la Provincia y en alianza con caudillos territoriales, como es el caso del jefe de Gabinete provincial, Martín Insaurralde.

El ex intendente de Lomas de Zamora recuperó su relación con CFK y también sus ansias de llegar a la gobernación. Lo saben en calle 6 y hasta lo celebran. La teoría suena parecida a la que sostenía el ex presidente  Eduardo Duhalde, quien tenía a su alrededor infinidad de precandidatos ansiosos y laboriosos en el campo político y territorial. Insaurralde se crió en ese contexto aunque con los años se aggiornó a las nuevas formas de construcción.

Kicillof y Máximo Kirchner. El gobernador y el presidente del PJ provincial, junto al jefe de Gabinete bonaerense, Insaurralde, actores del oficialismo local más grande.

En su exposición del viernes pasado, cuando se presentaron las políticas ambientales del flamante Ministerio de Ambiente que comanda la camporista Daniela Vilar, Kicillof dejó en claro el modelo kirchnerista y, aunque sin nombrarlo, en contraposición con el que parece abordar de forma tentativa Alberto Fernández.

El gobernador cuestionó la teoría del derrame por la cual al crecimiento económico de un país le sigue de forma natural la distribución de ese beneficio a todos los sectores de la sociedad. Lo hizo en el contexto de un crecimiento económico de Argentina del 10,3% en 2021 y con una proyección del 2,3 para este año, pero con una inflación interanual del 50,9 en 2021 y de 8,6 si sumamos enero y febrero del año en curso. y una pobreza que llega al 40,6% . “No sirve esperar que después de crecer todo se va a distribuir naturalmente” dijo Kicillof.  “Lo que se demostró en Argentina con los 12 años de los gobiernos de Néstor y Cristina es que no había forma de sostener social, política y económicamente un proceso de crecimiento si no era con inclusión social. La inclusión social y la distribución del ingreso es la única manera de sostener el crecimiento” afirmó el mandatario. Y en su relato confirmó “los dos caminos” de los que hablan en La Plata, que por ahora siguen en paralelo, pero que nadie se anima a confirmar hasta cuándo.

Mientras, en la Provincia se decidió reforzar políticas como las de control de precios que tendrá la tutela de las y los intendentes del peronismo y algunos proyectos de ley que el mandatario tiene en carpeta y que buscan por un lado mermar la crisis y por el otro mostrar una gestión bonaerense con mayor autonomía.

Estas decisiones están atadas a los recursos extra que Nación envíe a la Provincia, la menos favorecida por la coparticipación nacional. Desde la gobernación confían en ese reparto. “Alberto no le va a soltar la mano a la Provincia, no le conviene” dicen. Habrá que esperar.