Las voces críticas del kirchnerismo al gobierno de Alberto Fernández se multiplican. Durante los dos primeros años de gestión fue Cristina Kirchner la que marcó las diferencias a través de cartas, pero ahora a la vicepresidenta se le suman dirigentes que solían hacer silencio, mantenerse alejados de las internas y hasta mediar cuando el vínculo entre los principales dirigentes de la alianza no pasaba por un buen momento. Convencidos de que se quedaron afuera de la toma de decisiones y de la necesidad de un cambio de rumbo, este sector ya no se calla ante la falta de coincidencias.
Máximo Kirchner no solo dejó en claro sus diferencias con la renuncia a la presidencia del bloque del FdT por el proyecto de la deuda con el Fondo Monetario Internacional. El diputado hace uso de su rol de titular del Partido Justicialista para advertir sobre el ajuste en la economía. Asegura que quiere la unidad pero se pregunta para qué. “No soy de los que piensan que hay que amontonarse por amontonase”, dijo el jueves y recordó que en 2001 “los dirigentes se amontonaron en un lugar y el pueblo en otro”.
Hoy no hay diálogo entre el Presidente y el diputado y recién ahora está retomando la conversación con algunos compañeros de bancada que no comparten su posición. “Vos el documento que presentaste después de votar en contra del acuerdo con el FMI lo deberías haber presentado antes porque para eso somos un bloque, incluso para convencernos o para que nosotros te podamos convencer”, le dijo Leandro Santoro en pleno debate. Ahora deben recomponer el vínculo.
El mensaje de Máximo Kirchner al Gobierno: "Hay que cortarla con las pendejadas de la televisión"
Esta semana el legislador no sólo apuntó al gobierno nacional, sino que también fue contra Sergio Berni: “A veces me da vergüenza cuando escucho la televisión, pelearse a dirigentes en sketchs cómicos para ver quién mete preso a quien que corta la calle. Hay que hacerse cargo de la gestión, hay que hacerse cargo de la seguridad, hay que hacerse cargo de la comida, del trabajo”. El destinatario fue el ministro de Seguridad bonaerense, con quien mantiene una fuerte disputa desde el último cierre de listas.
Una de las voces que sorprendió por su dureza fue la de Andrés “Cuervo” Larroque. El ministro de Desarrollo a la Comunidad bonaerense dejó el bajo perfil para hacer público el enojo por el silencio presidencial ante el ataque al despacho de Cristina Kirchner. No quedó ahí y aseguró que “el sectarismo está en quienes quieren gobernar con cinco amigos” en alusión a los funcionarios que rodean al Presidente.
El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, también dejó el equilibrio público. No nombró al jefe de Estado y pareció hablarle al FMI pero también fue un mensaje a los funcionarios nacionales que ahora deben cumplir con lo acordado con el organismo internacional: “En la Provincia no puede haber más ajuste, los muchachos del FMI lo tienen que entender”, dijo el hombre de CFK en el territorio bonaerense.
La senadora Juliana Di Tullio es la que pidió públicamente que Cristina Kirchner sea parte de la mesa de decisión de este gobierno. “Hay funcionarios que creen que van a solucionar las cosas siguiendo los consejos de Funes de Rioja” y “si seguimos así vamos a terminar yendo a las elecciones con la boleta de Kristalina” fueron algunas de las frases de otro senador de máxima confianza de la vicepresidenta como lo es Oscar Parrilli. Desde la Casa Rosada, Eduardo “Wado” de Pedro no es quien marca las críticas, ya que el objetivo después de encabezar las renuncias públicas es cuidar su imagen. Hoy la tarea está a cargo del secretario de Comercio, Roberto Feletti, quien apunta directamente contra el ministro de Economía, Martín Guzmán.
Desde el albertismo hacen silencio. La queja del kirchnerismo es que ante sus críticas públicas, las respuestas llegan pero son todas en off.
Kicillof y Máximo, con un mensaje a la Rosada
Máximo Kirchner no se queda quieto y demuestra que su territorio es el de la provincia de Buenos Aires. En medio de los cruces con el gobierno nacional, se mostró ayer con el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, quien también subió el tono a los mensajes destinados a la Casa Rosada.
Esta vez, el diputado y titular del Partido Justicialista no habló. Pero sí se fotografió con Axel Kicillof, quien por su responsabilidad de gestión venía haciendo equilibrio en la interna. Nadie duda de que para el jefe provincial, su jefa política es Cristina Kirchner, pero debe gobernar la provincia con mayor cantidad de habitantes y necesita los recursos de Nación.
“Néstor y Cristina nos enseñaron que no alcanzaba con crecer, sino que hay que atender la distribución. En los 12 años de sus gobiernos se demostró que no había forma de sostener social y políticamente un proceso de crecimiento, si éste no era un proceso de inclusión social”, dijo el gobernador y destacó la necesidad de lograr la “distribución de la riqueza”.
En un mensaje al quienes manejan la economía a nivel nacional, el gobernador agregó: “No hay que crecer primero para después distribuir. Es al revés, la única forma de sostener durante mucho tiempo el crecimiento es a través de la distribución del ingreso”.