—Disculpe, pero no voy hacer declaraciones hasta la próxima semana.
Con insólito bajo perfil, el piquetero Luis D’Elía viajó el miércoles a Brasil para presidir la delegación argentina en el Congreso Nacional de la Central de Movimientos Populares en la capital brasileña. Como si se tratata de una pausa tras su frenética carrera en defensa del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, el líder de la Federación de Tierra y Vivienda (FTV) tampoco quiso atender a periodistas. “Luis no está en el freezer”, se encargó de desmentir el diputado kirchnerista Edgardo De Petri desde el campamento de la Plaza de los Dos Congresos, donde D’Elía estuvo representado solamente por su mujer, la funcionaria Alicia Sánchez.
Lo que públicamente el piquetero calla por conveniencia política, en tierra extranjera, se multiplica en cuestionamientos hacia las entidades agropecuarias. “En los últimos cien días provocaron desabastecimiento, inflación y agitación desmedida. Hay sectores a los que sólo les importa desprestigiar a la presidenta Cristina Fernández. El debate de ideas es bienvenido, pero no la desestabilización”, le dijo D’Elía a una cronista de Perfil en la puerta del Hotel Nacional de Brasilia. Y, pese a que había afirmado que era “la hora del Congreso”, agregó: “Las retenciones móviles reclaman el derecho del Gobierno a intervenir en la renta privada a favor de una Argentina inclusiva, para todos. Pero está encontrando mucha resistencia de sectores políticos que predominaron en los años 90 de los grupos económicos”.