POLITICA

La biografía de Verbitsky no lo muestra como periodista, sino como "animal político"

El periodista Hernán López Echagüe escribió un libro donde cuentas facetas desconocidas de “el perro”.

La biografía de Verbitsky.
| cedoc

Dentro del periodismo argentino hay personajes que marcan un antes y un después en el oficio. Uno de ellos es, sin dudas, Horacio Verbitsky. Sin embargo, cuando Hernán López Echagüe decidió publicar su nuevo libro El Perro (Ediciones B), no lo mencionó como "periodista", sino que eligió otra frase: "animal político".

Y tiene razón. Verbitsky es mucho más que un periodista. Y en la biografía que realizó Echagüe (más de dos años de investigación) quedan demostradas las múltiples facetas del histórico columnista de Página/12: el periodista, el militante, el presidente de una de las ONG más prestigiosas del país, como es el CELS, entre otros.

El autor recorre la vida de Verbitsky y repasa los aspectos más polémicos de su historia con entrevistas a colegas suyos, exmiembros de Estado y también al propio investigado. Su paso por Montoneros, sus inicios en el diario Clarín, su exilio y la relación con sectores de la dictadura militar, la relación con el gobierno de Menem y la persecución tras su mejor obra "Robo para la Corona". Brinda lujosos detalles de su influencia hacia Néstor Kirchner en materia de Derechos Humanos. Es interesante conocer de primera mano las respuestas del hombre que hace más de 20 años influye notoriamente en la política argentina a través de sus columnas.

Perfil.com: - ¿Porqué escribir sobre Verbitsky?

López Echagüe: - Todo comenzó con una proposición de mi muy querido y admirado Rogelio García Lupo, asesor editorial de Ediciones B. Vecino, además. No, no, Rogelio, de modo alguno, le respondí. “¿Por qué no? Lo harías muy bien”, me dijo. Primero me excusé a lo Bartleby: preferiría no hacerlo. “Creo que sos la persona indicada para escribirlo”, insistió él. La cuestión es que las conversaciones telefónicas con Rogelio se sucedieron en esos días de octubre del año dos mil trece. Y Bartleby se rindió. Claro, además estábamos hablando de Horacio Verbitsky, un mito periodístico, como dice él de sí mismo; un personaje que había sabido construir una esfera de poder de alcance inexplicable desde una oficina modesta, sin ventanas, en la calle Lavalle.

- ¿Porqué la elección de ese titular?

- ¿El Perro? Bueno, por un lado creo que caía de maduro. No para mi gusto, un gusto quizá ingenuo y poco prometedor desde lo que suele ser la perspectiva de las necesidades editoriales. Pero quedó y está bueno que así sea. Hace mil años que Verbitsky es conocido por ese apodo. Un apodo que tiene bien merecido, según me han dicho muchos de los entrevistados.

- ¿Qué se va a encontrar el lector que decida leer "El Perro"?

- Te juro que no tengo la menor idea, como tampoco la tenía yo cuando me puse a escribir el libro. Depende de los ojos que lo miren, que lo lean, que se aventuren en la lectura. Del estado de ánimo de la mirada, de sus prejuicios, de la capacidad de discernimiento de cada lector. La única certeza que tengo es que no se trata de un libro sujeto a los cánones periodísticos, válgame dios.

- ¿Qué fue lo más difícil de la investigación? no hablamos de cualquier personaje, sino de uno de los periodistas más importantes de la historia argentina.

- Encontrar voces dignas de respeto, por historia, por sabiduría, por intimidad con el personaje, que me hablaran, que me contaran de él sin ánimo de apología ni diatriba. Así, de pronto, al cabo de muchas, pero muchas entrevistas, caí en la cuenta de que alrededor de Verbitsky no hay ni sombra de indiferencia. Y mirá que con Laura Giussani entrevistamos mucha gente, más allá, claro, de la entrevista de horas con Verbitsky: Juan José Salinas, María Wagner, Pablo Piacentini, Ricardo Grassi, José Pepe Eliaschev, Silvina Walger, Rogelio García Lupo, Rodolfo Nadra, Carlos Gabetta, Lila Pastoriza, Juan Gasparini, Isidoro Gilbert, Aram Aharonian, Carlos Aznarez, Patricia Walsh, Osvaldo Bayer, Alicia Oliveira, Rodolfo Mattarolo, Marta Fernández de Burgos, Vilma Ibarra, Teobaldo Altamiranda, Dora Salas, Ana María Kaufman, Adolfo Scilingo, Horacio González, Pedro Güiraldes, Roberto Felicetti, Eugenio Holmberg, Ximena Tordini, Salvador Roberto Martínez, Sonia de Pasquini Durán. Y otros que no recuerdo pero que menciono en el libro.

- En el prólogo planteás tres maneras de comenzar una biografía. Es espectacular como lo planteás al tema. ¿Podemos decir que HV es una mezcla de todo eso?

- Bueno, en el mismo prólogo lo digo: este libro no es ni una cosa ni la otra ni aquella. Verbitsky se me antoja una persona que no es ni una cosa ni la otra ni aquella. Es una jauría de cosas. Como lo somos todos. Si alguien espera encontrar en este libro una sucesión

- Mencionás a HV como "animal político". ¿Podés ampliar esa frase?

- Sus pasos, sus movimientos por la vida, su retórica, todo tiene un aire de estrategia política. Al menos en su manera de hacer periodismo. No hay que pelearse con nadie, hasta el tipo menos pensado en algún momento puede llegar a ser útil. ¿Para qué? Para construir un territorio, una cuota de poder. Para construir influencia y autoridad.

- ¿Cuánto crees que benefició o perjudicó a HV su relación con el kirchnerismo? ¿qué análisis hacés de esta relación?

- No lo benefició y tampoco lo perjudicó. Claro, depende de qué entiende cada uno por perjuicio y por beneficio. Si me lo estás expresando desde un punto de vista puramente material, económico, ni lo uno ni lo otro. En cambio, si tu curiosidad apunta a su carrera periodística, también: ni lo uno ni lo otro. Verbitsky se mueve como si fuera una entelequia. Tiene el aire de llevar en sí el principio de una acción, de un modo de hacer periodismo que tiende por sí mismo a su fin propio. Si debe rendirle cuentas a alguien, nadie sabe muy bien a quién. Si la excesiva y diversa información que obtiene es fruto de algún tipo de reciprocidad de favores o promesas con sus fuentes, en sus textos resulta difícil advertir huellas visibles de esos compromisos.

(*) De la redacción de Perfil.com.

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