Continúan las repercusiones por la marcha del pasado 18 de febrero, convocada por un grupo de fiscales de la Nación y la familia del fallecido fiscal federal Alberto Nisman. El #18F despertó toda clase de sentimientos y explicaciones en el arco kirchnerista, que buscaron argumentar de manera lógica cómo es que la convocatoria fue tan masiva a pesar de la lluvia.
En el pináculo de las explicaciones surgió este sábado un texto de la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, cuyos argumentos fueron desde la desacreditación moral de los fiscales convocantes, la supuesta falta de juventud de los asistentes y la exageración del número, hasta la justificación de un intento de golpe institucional en el que un Poder del Estado –al que presentó como el “Partido Judicial, que vino a reemplazar al “Partido Militar”– busca avanzar contra el Poder Ejecutivo con complicidad de los poderes económicos y mediáticos.
Ahora se sumó la palabra de Horacio Verbitsky, quien desde su habitual espacio en el periódico Página/12 escribió la columna “Es la política, estúpido”, donde sostuvo que la marcha encabezada por los fiscales y la familia de Nisman “mostró a una nueva derecha con capacidad electoral y de movilización callejera” y que con la misma “podría soldarse así la profunda fisura del sistema político fundado por una oligarquía incapaz de llegar al poder por medios democráticos y que ha debido colonizar para ello a los partidos populares”.
“El Perro” afirmó que “esta nueva derecha constituiría un saludable estabilizador, al margen de los propósitos de los organizadores, como suele ocurrir en los grandes acontecimientos colectivos”. Luego, presentó un marco histórico para dar sustento a sus afirmaciones, cuyos antecedentes se remontaron hasta el siglo XIX. Obviamente, hablaba de la oligarquía terrateniente que “no fueron capaces de construir un partido político que expresara sus intereses en la competencia electoral, como sí pasó en otros países”.
“El remedio a su impotencia electoral fue la conversión de las Fuerzas Armadas en Partido Militar, que entre 1930 y 1990 dieron entre uno y tres golpes por década”, sostuvo Verbitsky, dando mayor sustento a las palabras expresadas por Cristina 24 horas antes.
Respecto del número de concurrentes, Verbistky descree de los números de la Policía Federal –50 mil– como así también de los proveídos por la Policía Metropolitana –400 mil– y utiliza como válidos los elaborados por el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) que estimó que hubo entre 70 y 90 mil manifestantes “básicamente de la clase media capitalina, votantes de Macri, de promedio de cuarenta y cincuenta años para arriba”.
Otra vez Clarín. “El rol político que asume la justicia coincide con la despolitización de los políticos”, sostiene el periodista de Páina/12 y miembro del CELS, quien explica que esto “funciona para la exaltación emocional ante una muerte que se intenta presentar como un asesinato y endilgárselo al gobierno”.
“El problema es que ni en las PASO ni en las elecciones generales los conmovidos manifestantes encontrarán boletas de TN ni de la exposa del fiscal Nisman, sino de esos políticos que no osan decir su nombre y que se disimulan entre el gentío”, disparó Verbitsky para finalizar con una comparación con la fallida gestión de Fernando De La Rúa: “Sus alternativas pasan por perder, una vez más dispersos, o ganar con la unión que les reclama desde hace años el Grupo Clarín, y reproducir la catástrofe de la Alianza, que a duras penas alcanzó los dos años de gobierno”.
