La disputa al interior de la Justicia Electoral sumó esta semana, menos de 48 horas antes de las PASO, un nuevo capítulo con una queja que elevó la Cámara Nacional Electoral a la Corte Suprema de Justicia contra la jueza federal María Servini.
El puntapié inicial lo había dado días atrás la jueza, que posee competencia electoral en la Ciudad de Buenos Aires, con una queja presentada ante la Corte por una supuesta “intromisión” en la organización de los comicios del 12 de septiembre.
Servini de Cubría argumentó, entre otros puntos, que CABA tiene particularidades propias que la diferencian de otros distritos a la hora de la organización electoral.
La nota de Servini no fue bien recibida entre los tres integrantes de la CNE, Santiago Corcuera, Alberto Dalla Via y Daniel Bejas, quienes decidieron redoblar la apuesta y realizar otra presentación ante la Corte Suprema. En el escrito, al que tuvo acceso PERFIL, los integrantes de la Cámara defendieron el protocolo sanitario que se utilizará en el operativo de votación de mañana y aseguraron que “en modo alguno suponen una intromisión en la órbita de competencia propia de los jueces y juezas de primera instancia”, como es el caso de Servini de Cubría.
“Tampoco desconocen las complejidades y diversidades de cada uno de los 24 distritos electorales en los que se divide el país, sino que responden al reclamo de actuación del Tribunal, en ejercicio de sus atribuciones, como cabeza de la administración electoral de la República Argentina, que la índole de la cuestión sanitaria y epidemiológica exige”, indicaron. La aclaración tiene que ver con marcar el orden de jerarquía en el ámbito judicial, que ubica a Servini de Cubría por debajo de la autoridad de la Cámara Nacional Electoral, organismo de segunda instancia a nivel país.
Enterada del reto, la magistrada replicó que la CNE “quiere manejar la elección”. Antes, en declaraciones públicas, ya había manifestado su desacuerdo con la autorización para votar que había otorgado la CNE a quienes estuvieran contagiados de covid o quienes fueran contacto estrecho, bajo el argumento de que “ningún ciudadano puede ser privado de su derecho a votar”.
En ese contexto, Servini se preguntó: “El que está con covid-19 no puede salir de su casa; si es contacto estrecho, tampoco. ¿Cómo se va a permitir que el día de la votación puedan salir e ir a votar? ¿A usted le gustaría ir a votar y que la persona que esté adelante suyo a dos metros estuviera enferma con covid?”. Luego, la jueza sacó una resolución bajo la órbita porteña de que quedarán exceptuados de votar quienes se encuentren con algún obstáculo de tipo sanitario, contra presentación del certificado médico correspondiente.
No obstante, en el texto presentado por la CNE ante la Corte buscaron apaciguar los ánimos e indicaron que “no es intención de esta Cámara Nacional Electoral imponer definiciones absolutas que resulten aplicables –por igual– en todos los distritos, y en desatención de sus diversas realidades”. Incluso marcan que siempre tienen “en consideración y especial valoración los aportes de cada uno de los magistrados del fuero así como su ámbito de autonomía para decidir lo que corresponda en cualquier caso de conflicto”.