Desde la salida del gobierno de Cristina Kirchner los pronósticos de supervivencia de La Cámpora no fueron los mejores. Tres años después, la agrupación juvenil logró mantener algunos espacios de poder y comienza a mostrar signos de moderación para sobrevivir al 2019.
Algunos portazos ruidosos como el de José Ottavis, y no tan ruidosos como el de Juan Cabandié, y hasta las últimas tensiones internas en torno a denuncias de acoso contra dirigentes propios no desaniman a sus filas, ya que el protagonismo de la ex presidenta y la posibilidad de que se convierta en candidata el próximo año vuelve a ponerlos en la escena política.
Para lograrlo, el ala dura del kirchnerismo entendió que deben aquietar su estilo. La propia Cristina Kirchner les hizo llegar el descontento a los legisladores que en octubre enfrentaron a la policía cuando pretendían sumarse a la movilización en contra de la aprobación del Presupuesto. En la última semana, el silencio ante un video de José Luis Espert lo señalan como muestra de calma. “Que Espert hable de meter en cana el cajón de Néstor es violencia. En otro momento hubiésemos salido a responder pero no queremos sumar más violencia”, detalló un referente de la organización.
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A pesar de la derrota de 2015, fue este año en el que este sector logró engrosar sus filas en el Congreso. Hoy cuenta con 25 diputados nacionales de los cuales 13 dejan su banca el próximo año. Aunque en la última elección solo dos bancas fueron para ellos (la de Vanesa Siley y Horacio Pietragalla), quienes deben renovar por la provincia de Buenos Aires, como Eduardo “Wado” de Pedro, Fernanda Raverta, Rodolfo Tailhade, Rodrigo Rodríguez y Luana Volnovich (Mayra Mendoza iría por la intendencia de Quilmes) son quienes tendrían un lugar asegurado en caso de que Cristina así lo decidiera.
Máximo Kirchner, en un acto en La Matanza. (Cedoc Perfil)
Sucede que los intendentes con quienes hoy mantiene la principal alianza decidieron dejar esta lista bajo la birome de la ex presidenta, mientras que ellos intentarán asegurarse los lugares en la Legislatura bonaerense. En cambio, su futuro podría no estar afianzado, si logran un acuerdo electoral más amplio con dirigentes de Alternativa Federal, con quien habría pelea de nombres en las boletas. En el Senado, Anabel Fernández Sagasti es la única que cuentan como propia (tiene mandato hasta 2021), mientras que Ana Claudia Almirón y María de Los Angeles Scanun mantienen buen vínculo con la organización pero no forman parte de su estructura.
Máximo Kirchner, el principal referente de La Cámpora, es quien abre el nuevo camino de moderación. El diálogo constante con intendentes peronistas de la provincia de Buenos Aires es un claro mensaje para los dirigentes K que supieron mantener fuertes peleas distritales con los jefes comunales. Ya no habrá listas que hagan peligrar la última reelección que tienen los ahora intendentes aliados y tampoco disputas verbales, como solía haber. La votación del presupuesto de María Eugenia Vidal fue un ensayo: los legisladores que responden a los intendentes aprobaron el proyecto enviado por la gobernadora y, pese a la resistencia de los camporistas, lograron convivir sin peleas mediáticas.
“Ya no somos ellos y nosotros, somos uno. No estamos ya en el gobierno y en estos años logramos entender que el intendente o el legislador necesite el puente para su distrito y eso lo lleve a aprobar leyes que nosotros nunca haríamos”, reconoce un importante dirigente. En este territorio es donde la organización cosechó la mayor cantidad de cargos en los últimos años. Cuenta con seis senadores provinciales, diez diputados, una intendencia (Mercedes) y 84 concejales. En el resto del país, La Cámpora logró conservar diez legisladores provinciales.
Máximo candidato
El líder de la agrupación juvenil La Cámpora, Máximo Kirchner, es uno de los 13 diputados que deberá renovar su banca el próximo año. El vínculo aceitado que logró con los intendentes bonaerenses hace suponer que el hijo de la ex presidenta Cristina Kirchner ya no sería un veto para estos dirigentes que aceptarían que esta vez se presente como candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires (en la actualidad es legislador por Santa Cruz).
Los intendentes, que garantizarán el aparato fiscalizador, quieren en esa nómina a alguien propio, por lo que, en caso de no conseguir el premio mayor, podría sumarse a Máximo en la boleta de legisladores.
