El intendente de Córdoba, Ramón Mestre, decretó la emergencia sanitaria en la ciudad y convocó a los funcionarios y militantes del radicalismo a salir a las calles a recolectar los residuos acumulados como consecuencia de una medida de fuerza decidida por los trabajadores del sector.
"Hago propias las palabras de la presidenta (Cristina Fernández) sobre estas medidas, que más que un ejercicio legítimo del derecho de huelga, son una extorsión", dijo Mestre al diario La Voz del Interior cuando fue consultado sobre el paro por tiempo indeterminado que iniciaron los recolectores de la empresa Crese.
Los trabajadores decidieron parar debido a una deuda que la compañía mantiene con la obra social, la ART y otros rubros del Sindicato Único de Recolección de Residuos y Barrido de Córdoba (Surrbac).
La huelga surgió luego de que durante tres días los recolectores trabajaron a reglamento. A esta situación se sumó que el despido de 195 trabajadores tercerizados, lo que provocó que no se pudieran completar las 75 rutas de recolección en la ciudad.
Por este motivo, la capital cordobesa lució en varias zonas colmada de basura, lo que llevó a Mestre a decretar en la víspera la emergencia sanitaria y sacar a las calles doce camiones de una empresa privada.
Además, 50 funcionarios municipales y unos 300 militantes del radicalismo realizaron la recolección de residuos en algunos de los lugares más críticos de la ciudad.
Esta decisión motivó el enojo de los trabajadores, que el sábado se reunieron en una asamblea y decidieron "una retención total de tareas por tiempo indeterminado". Mestre, en tanto, solicitó la colaboración al gobierno provincial para que la Policía custodie a los camiones contratados que ayer recolectaron la basura.
Fuente: DyN