Uno de los principales reclamos de la oposición, en medio del diálogo político que inició el gobierno tras la derrota electoral, es la reforma del cuestionado Consejo de la Magistratura. Este organismo, con fuerte presencia del kirchnerismo, se encarga de designar a los jueces de la nación.
La postura del Gobierno es clara: mantener sin cambios la composición del Consejo de la Magistratura. Tanto el flamante ministro de Justicia, Julio Alak, como el jefe de Gabinete Alberto Fernández se pronunciaron a favor de que todo siga como está. Por eso, la oposición reclamaba que la Corte Suprema de Justicia opine sobre el tema.
El encargado de la crítica fue Carlos Fayt: "Algunos consideran que fue un error ponerlo, otros que no, que fue positivo. Lo concreto es que el resultado ha sido negativo", dijo el ministro de la Corte Suprema desde la puerta de su casa.
Sin embargo, el juez expresó cautela en sus declaraciones, recogidas por el diario La Nación: "No se puede modificar porque sí. Supónganse que el Consejo no haya trabajado bien, ¿Quién es el encargado de modificarlo?", opinó Fayt.
"Nosotros no tenemos poder legislativo. No es potestad nuestra modificar la ley y menos la Constitución, que fue la que fijó el Consejo", concluyó el magistrado.