Con más de la mitad cumplida de su tercer mandato, el gobernador José Manuel de la Sota debió enfrentar, en pocos meses, las crisis más profundas que sufrió la provincia de Córdoba en los últimos años. Cuando todo hacía presagiar que el “narcoescándalo” que estalló en septiembre se transformaría en el golpe más duro para su gestión, la ola descontrolada de saqueos que vivió la ciudad capital tras el acuartelamiento de la policía provincial volvió a transformar en blanco de fuertes críticas al mandamás cordobés.
Por tal motivo De la Sota decidió en la última semana “oxigenar” su gestión con un cambio casi total de gabinete, apelando a intendentes jóvenes con buena imagen en sus respectivas ciudades.
Pero los cambios no sólo fueron en el plano del poder ejecutivo. En poco más de dos meses, el gobernador nuevamente debió remover toda la cúpula policial. En esta nueva purga quedaron afuera el ex jefe de Policía, César Almada y el subjefe, Carlos Galbucera.
A pesar de los cambios De la Sota no podrá relajarse ya que los próximos días tampoco serán fáciles. La fuerte suma que se le otorgó al salario básico de la policía generó una reacción gremial inmediata de quienes reclaman aumentos salariales similares. Un escenario complicado para las arcas provinciales de cara al 2014.
