El escenario político en Cuba vislumbra cambios obligados por la retirada de Fidel Castro del poder
en la isla. Sin embargo, los principales dirigentes de la
ilegalizada oposición no se embarcan de lleno en la esperanza, sino que mezclan
sus expectativas con una tónica de apatía en lo que consideran será una continuidad del régimen
castrista.
Vladimiro Roca, vocero del movimiento Todos Unidos, afirmó que "han hecho lo
más sensato, puede que esté entrando un poco la razón y la lógica en el Gobierno
cubano, pero de todas maneras en año y medio sin Fidel
no ha habido cambios y ahora no va a haber cambios tampoco", informa la agencia de
noticias
AFP.
"El Partido hace mucho tiempo que dejó de ser un órgano del poder,
aquí el poder era Fidel Castro, su persona, con todos los cargos (..) era Fidel y
su voluntad", dijo Roca, hijo de un fallecido alto dirigente histórico del Partido Comunista.
El opositor democristiano, Oswaldo Payá, sostuvo que "el pueblo de Cuba quiere cambios y
cambios debe significar
derechos, reconciliación y darle la voz al pueblo, una nueva ley electoral, nuevas
elecciones y los espacios para que esta nueva etapa pueda ser definida en paz y
soberanamente por todos los cubanos sin exclusión".
"Valiente", así calificó el socialdemócrata Manuel Cuesta a la decisión de Fidel
Castro, quien deslizó que "comenzará a
normalizarse como país después de esta decisión que califico de valiente por parte
del ex presidente cubano, de mirar a la realidad y darse cuenta de que Cuba necesita otro rumbo y
que Cuba ha cambiado".