La ex esposa de Alberto Nisman, la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, dijo ayer que se siente intimidada y que teme que hayan entrado a su domicilio. “He instalado y extremado las medidas de seguridad en mi casa, con empresas y seguridad privada. Mis hijas están con contención psicológica, tienen mucho miedo”, confesó la magistrada en un extenso reportaje en Radio Mitre.
Según describió, hubo “gente en nuestro domicilio, ruidos, presencia de cierta gente, nos han tomado fotos”. Arroyo Salgado contó que un vecino denunció que por los patios podrían haber irrumpido desconocidos.
Las declaraciones de la jueza se producen un día después de haber recusado a la fiscal Viviana Fein, quien investiga la muerte dudosa de Nisman. El fiscal apareció con un tiro en la cabeza el 18 de enero de este año, en su departamento de las torres Le Parc, en Puerto Madero. Para Salgado, Fein prejuzgó en la causa, al aferrarse desde un principio a la hipótesis del suicidio. Ayer, volvió a cargar contra la fiscal.
“Está llevando adelante la investigación con una falta total de objetividad, de legalidad, de neutralidad y de oficialidad”, analizó Arroyo Salgado sobre el accionar de Fein. La acusó de haber “aniquilado” todos los derechos de la víctima en el proceso judicial y aseguró que ninguna de las medidas de prueba exigidas por la querella son para dilatar la investigación.
En sintonía con el escrito que presentó ante la jueza Fabiana Palmaghini, dijo que la fiscal aferra todo su trabajo “a probar que fue un suicidio. Desde el principio se ha cerrado en una sola hipótesis”.
“Puede ser que inicialmente un investigador se incline por una hipótesis, pero no teniendo la certeza de eso, debe asegurar todas las medidas de prueba para descartar todas las hipótesis posibles”, aseveró. Aludió así a las declaraciones iniciales de Fein, en las que afirmaba que “lamentablemente” Nisman no tenía pólvora en la mano y que no habían intervenido terceras personas.
También atacó a Diego Lagomarsino, el técnico en informática quien le entregó el arma a Nisman. “En los medios dice una cosa y en la causa otra”, embistió. Arroyo Salgado evitó opinar si cree que Lagomarsino es un sospechoso, aunque ubicó la data de la muerte a las 20 del sábado 17 de enero, el día que el experto en computadoras visitó a Nisman. Fue el último en verlo con vida.