La subejecución de partidas fue una constante en los cuatro años de gestión de Mauricio Macri. Además de vivienda o salud, el macrismo también recortó fondos para el mantenimiento y refacción de un sector de la ESMA y otros ex centros clandestinos de detención a cargo del IEM (Instituto Espacio para la Memoria).
Esta situación provocó desde un amparo en la justicia para que el Gobierno no desvíe el presupuesto hasta distintos pedidos a la Legislatura porteña durante el 2011. Según un escrito presentado por la titular del IEM, Ana María Careaga, en abril del año pasado a los legisladores, las restricciones presupuestarias ascendían a $12 millones.
Por su parte, del amparo presentado a fin de 2010, surgen datos sobre la falta de presupuesto. En el caso de la ESMA, en 2009 de $7 millones, terminó con poco más de $3 millones, y en tareas de conservación sólo $402.800. Al año siguiente el panorama fue peor: de $1,2 millones, el macrismo dio de baja un millón de pesos y se gastaron unos $260 mil. A mediados del año pasado, el Gobierno porteño prometió avanzar en las obras, tras una reunión con representantes del IEM.
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