Si el coronel Roberto Galeano tenía el rol de “negociador y veedor” en las protestas de Lear, y siguió los protocolos de actuación, como lo asegura Sergio Berni, se podría decir que no cumplió debidamente con sus funciones. En aquella manifestación, Galeano golpeó e intentó robar la máquina fotográfica del reportero gráfico Javier Gabino. El hecho fue denunciado por el agredido y por la abogada del PTS Myriam Bregman. Los protocolos de actuación de las fuerzas de seguridad fueron puestos en marcha por la exministra de Seguridad Nilda Garré. Establecen que “los efectivos deben garantizar la actividad periodística. Los periodistas no podrán ser molestados, detenidos ni trasladados.
El personal debe abstenerse de realizar acciones que impidan el registro de imágenes o la obtención de testimonios”. Pero Galeano ni siquiera se identificó como tal. “Estamos en democracia y yo me puedo parar donde quiera”, repetía mientras se paraba en frente de los camarógrafos que documentaban la represión. Gabino, en diálogo con PERFIL, lo recuerda: “Me llamó la atención la manera en que nos hostigaba, y empecé a fotografiarlo”, comentó. Más tarde, Galeano se sube a un puente que cruza la Panamericana para observar las columnas de manifestantes. “Cuando baja, se mete entre la gente como si nada. Nosotros fuimos y le preguntamos si era policía. Ahí fue cuando los trabajadores lo sacan para afuera porque se dan cuenta de que estaba infiltrado y él les decía que se quedaba donde quería. En un momento hace como que se va y me arranca la cámara”, recuerda el fotógrafo. Descubierto y sin salida, Galeano intenta huir y “comienza a revolear la cámara y a pegarnos”. El coronel perdió la cámara cuando Gabino se tiró encima de él junto a otros manifestantes. Un pelotón de gendarmes lo rescata.
—¿En algún momento Galeano se identificó como funcionario?
—No, en absoluto. Antes cuando nos tapaba la imagen, nosotros ya le habíamos preguntado quién era y él no se identificaba. Nos decía que él se podía parar donde quería porque había democracia.
—¿Cuando le arrebata la cámara, Galeno le pegó?
—Sí, y no solamente a mí. Está todo filmado. Comienza a revolear la cámara como si fuera un arma. El tipo sabía pelear, claro, después nos enteramos de que era un comando y que había estado en el Ejército.
—¿Ustedes estaban provocando o participando de la protesta?
—Estábamos registrando todo para un nuevo diario que va a salir y para un documental. Junto a Gabriela Jaime, también de Contraimagen y Tvpts. Ella filmaba, yo sacaba fotos.