Conrado Varotto tiene 77 años. Doctor en física, miembro de la Academia Nacional de Ciencias, es uno de los grandes impulsores de la actividad espacial argentina. Fue fundador de INVAP y Director Ejecutivo y Técnico de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), durante más de 20 años. Es además responsable de poner en órbita los cinco satélites que tiene el país para observación de la Tierra y clave en el proceso de enriquecimiento de uranio en la Argentina.
Ganador del Premio Perfil a la Inteligencia en la categoría Ciencia y Tecnología, se refirió a la actualidad aereoespacial y relató anécdotas increíbles con profesionales de la NASA.
Perfil.com: - ¿Cómo fue el primer satélite que se puso en obra cuándo usted llevó adelante el proyecto, cómo lo vivió y que le diría a los jóvenes que quieren seguir ese camino?
Varotto: - Cuando yo llegué a la CONAE (Comisión Nacional de Actividades Espaciales) era una circunstancia muy especial porque el país había tomado la decisión de crear una agencia espacial, a raíz de un evento que no era muy feliz, el plan Cóndor II. Sin embargo cuando tomo la responsabilidad, hace 24 años, ya había un proyecto que había iniciado estando en INVAP. El proyecto se llamaba SACVE y en ese momento no estaba gestionado por la agencia espacial. Era un proyecto gestado por el gobierno nacional a través del CONICET y de algún modo cayó ese proyecto al mismo tiempo que la Argentina aceptaba cerrar el proyecto Cóndor, era muy complejo. Nos vimos envueltos en el proyecto de una forma muy extraña. Al principio cuando lo quisieron hacer no tenían recursos los responsables y vienen a Bariloche, acompañados de profesionales de la NASA porque les habíamos dicho que nos podíamos encargar. Nunca habíamos hecho un satélite ni teníamos la menor idea de como se hacía. Pero nos considerábamos capaces, eramos una empresa de tecnología. La anécdota que le cuento es la siguiente: Cuando nos reunimos con los profesionales de la NASA, nos dicen 'pero ustedes no tienen infraestructura para hacer el tipo de satélite que dicen que harán'. Yo brabuconeando le digo '¿cuál es el problema, usted qué necesita, un cuarto limpio? Bueno vengase después de un mes y lo va a tener'. Realmente creo que nunca una persona me despreció tanto en mi vida como ese y nunca llegué a ser tan amigo personal de alguien como ese profesional de la NASA posteriormente. Porque lo que hicimos fue soluciones al estilo argentino. Agarramos una gran carpa, le pusimos entrada doble, aire filtrado, comenzamos a controlar el aire y las partículas. Y al mes tuvo el cuarto limpio.
- ¿Cuándo lo vio, qué dijo?
- Nos hicimos amigos (risas). A partir de allí, nos creyó siempre. Hicimos varios proyectos con la NASA. Cada uno más complejo que el anterior. Creo que se debió al hecho que vieron la capacidad de los chicos argentinos. Siempre digo que nosotros tenemos una juventud maravillosa. Esa juventud crece pero es reemplazada. Cuando nos proponemos hacer algo los argentinos, lo hacemos. Es un punto clave. A veces cometemos errores y lo importante es reconocerlo. Cuando uno comete errores y lo sabe reconocer, tiene todo ganado.
- ¿Cómo ve la situación hoy en materia de inversión en ese sector?
- El país no está en una situación fácil. Y por lo tanto, cuando eso pasa, uno no puede pedir ser privilegiado respecto de los demás. Pero contrariamente a lo que se escucha, considero que se está haciendo un gran esfuerzo en lo que es Ciencia, Tecnología y Educación dentro de las limitaciones que son grandes. Las razones de las limitaciones son un tema aparte. Muchas de las personas que aprecio y que veo enojados, les digo que no es la primera vez que pasamos por esto. Sabemos sobreponernos y salir adelante.
- ¿Siempre soñó con hacer lo que hizo o fue el destino que lo llevó a perfeccionarse tanto?
- Uno tiene que pensar que está en la Argentina y es un país que da oportunidades. A mi me las dio todas. No tuve que ir a buscarlas. Llegué al país de Italia y los jesuitas me becaron en El Salvador. Y tuve la suerte de tener un profesor de física buenísimo. Era un belga que me tenía loco, pero en el laboratorio me hizo amar la física. Y entré de forma natural. Después me encontré con gente como Sábato, Castromadero, que estando en la Comisión de Energía Atómica le dio un impulso a la locura que queríamos hacer. Cuando me dicen, vos y tu grupo son responsables de INVAP, mire si no estaba Castromadero no hubiera sido posible. Es ese conjunto de gente que hacen cosas. Lo del espacio me salió en forma natural también. Tuvimos apoyo de todos los gobiernos, realmente. Quiero enfatizar en que la sociedad argentina debe poner en su cabeza que los países avanzan en la medida que avanzan en Educación, Ciencia y Tecnología. Valen la pena todos los sacrificios.