La mesa estaba servida. Delia Abonizio de Buzzi se preparaba para almorzar milanesas de pollo con ensalada, en compañía de varias sobrinas y sobrinas nietas. Pero la normalidad habitual de esa cuadra del pueblo santafesino de J.B. Molina se vio alterada por la llegada de dos efectivos de la delegación Rosario de la Policía Federal. Traían una cédula con una citación para que se presente a declarar el hijo de la dueña de casa, Eduardo Oscar Buzzi, presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA). Hasta el intendente local, Carlos Luis “Lito” Berti, se detuvo en el lugar para ver qué pasaba.
La nota remitida por la Fiscalía Federal de San Nicolás daba cuenta de una “ Presunta infracción del art. 194 del Código Penal”, cometida en la localidad bonaerense de San Pedro. La madre del dirigente no esperó a que se retiraran los policías para reaccionar: “Y si cometió algún delito, que se atenga a las consecuencias”, afirmó entre risas. Igualmente, defendió a su hijo y aclaró: “Estoy tranquila, no tengo miedo de que lo detengan. De eso no”.
Otros miedos son los que circulan por la cabeza de Delia, una mujer de 73 años que pese a los problemas en su columna muestra una sorprendente vitalidad. “Tengo miedo de que por el estrés u otra cosa le pase algo en algún piquete”, dice, y recuerda la historia de Mariano Echaguibel, quien fuera secretario de FAA y “muy amigo de Eduardo”. Luego de un piquete, partió en auto solo a su casa y el cansancio no le permitió evitar un choque frontal con un camión. “No quiero que me lo traigan con una bandera de la Federación Agraria y una corona”, reflexionó Delia.
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