Luis Betnaza, mano derecha del CEO de Techint, Paolo Rocca, admitió ante el juez Claudio Bonadio haber ordenado el pago de “contribuciones” a los Kirchner. El director institucional del grupo italoargentino declaró como sospechoso en la causa por los cuadernos de la corrupción de la obra pública. Intentó así encuadrar la versión de una extorsión del kirchnerismo. Sin embargo, en la Justicia de Italia, Brasil y Argentina existen testimonios y documentos que describen cómo Techint pagó coimas millonarias en las mismas fechas de los pagos anotados por el chofer Oscar Centeno, como viene revelando PERFIL.
Según la versión de Betnaza, el ejecutivo ordenó al entonces director de Administración de Techint, Héctor Zabaleta, “efectuar contribuciones” ante “las exigencias” de los Kirchner para intentar evitar la expropiación de la empresa Sidor en Venezuela. De acuerdo con los cuadernos, el ex funcionario Roberto Baratta retiró durante gran parte de 2008 “paquetes” de dinero negro que miembros de Techint le entregaban en el subsuelo de la principal sede de la compañía en ese momento (Della Paolera 297, en Retiro). Uno de esos hombres era un tal “Héctor”, a quien la Justicia identificó como Héctor Alberto Zabaleta, ex director de Administración de Techint y principal acusado por el pago de coimas de la compañía en una investigación de fiscales de Milán.
Zabaleta es el primer arrepentido de la compañía de los Rocca en la causa de Bonadio. Admitió haber realizado los pagos el lunes, tras quedar detenido. Betnaza dijo que los pagos eran “para salvaguardar la integridad física y la repatriación de más de 200 empleados del Grupo Techint y sus familiares en Venezuela, que vivían un contexto amenazante durante el proceso de nacionalización y traspaso hostil de Sidor por parte del régimen chavista”, según un comunicado de la compañía. Entonces, Hugo Chávez había ordenado la expropiación de Sidor, propiedad de Techint, y, la relación de Rocca con los Kirchner no se había roto del todo.
“Lo llevé al Lic. al edificio de Techint a encontrarse con Héctor, le dio el bolso y lo llevé al Lic. a su depto.”, anotó. A las 16 horas de ese día: “Fuimos a dejar los bolsos a Uruguay 1306 a Daniel Muñoz”, agregó Centeno. Esa última dirección es el departamento de los Kirchner en Recoleta.
Ecos. Betnaza llegó a los tribunales federales el viernes por la mañana junto al abogado y ex juez federal Gabriel Cavallo, quien asesora a Techint. En un corto diálogo con la prensa dijo que los pagos se realizaron durante un año (2008), que le sorprendió que tantas empresas admitieron pagos a los Kirchner y que la situación le da “un poquito de tristeza”. Negó que los pagos de dinero negro hechos por “Héctor” fueran coimas.
Betnaza quedó en la mira el lunes. Tras ser detenido ese día, Zabaleta señaló a Betnaza como quien le había ordenado los pagos a Baratta, confirmaron fuentes judiciales a PERFIL. Betnaza se adelantó a cualquier decisión de Bonadio de llevarlo esposado a declarar. Al día siguiente, se presentó ante el juez. El jueves, el magistrado volvió a citarlo pero como imputado.
“El señor Zabaleta lo que dijo fue que él había pagado dinero. Las condiciones y los porqués de ese dinero, el señor Zabaleta no lo sabía, lo sabía yo”, dijo Betnaza en la puerta de los tribunales. Quedó en libertad pero se ubicó a sí mismo en un circuito internacional de coimas que incluye cuentas en Suiza, sociedades fantasma y pagos irregulares en Buenos Aires.
Los fiscales italianos identificaron a Zabaleta como quien ordenaba desde Buenos Aires los movimientos de dinero de la compañía en cuentas en la Banca Svizzera Italiana (BSI), en Suiza. Los fondos salían de dos empresas uruguayas creadas para mover dinero. Luego se transferían a sociedades offshore (fantasma) de Panamá y Uruguay, con cuentas en el mismo banco. Así lo relató Anna Maria Giorgetti, entonces empleada de Techint en Lugano, Suiza, y encargada de ejecutar las órdenes de Zabaleta. Otros dos empleados del grupo corroboraron esa versión. Además, los fiscales cuentan con la documentación bancaria y saben que Zabaleta y otros ejecutivos de Techint eran los apoderados de las cuentas y de las offshore usadas como fachada para mover el dinero.
Existían dos circuitos de fondos. Una parte, por ejemplo, seguía viajando hacia otras empresas offshore creadas por Renato de Souza Duque, gerente de Servicios de Petrobras. Mientras tanto, Techint ganaba contratos por US$ 1.600 millones con la petrolera brasileña para vender tubos de acero. Llegaron a pagarle alrededor de US$ 8 millones a Duque. La hipótesis en Brasil es que ese dinero se repartía en el gobierno de Lula.
Otra parte del dinero, según la investigación, llegaba a Buenos Aires, a la sede de Techint, para otros fines.