POLITICA
movilizacion de la izquierda

La marcha anticumbre puso el eje en Trump y terminó sin disturbios

Organizaciones sociales y de derechos humanos marcharon al Congreso en oposición al G20 y al FMI. EE.UU. fue el principal blanco de las manifestaciones, aunque también hubo críticas a otras potencias.

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Fuego. Un muñeco del presidente estadounidense fue quemado en la vía pública. También hubo manifestaciones contra China y Francia, entre otras potencias presentes en la cumbre. | cedoc perfil

Distintas organizaciones sociales y agrupaciones políticas de izquierda marcharon ayer contra la cumbre del G20 en una manifestación en donde finalmente no se registraron serios incidentes. “¡Fuera el indio cherokee de Donald Trump!”. Una bandera colgada del enrejado de la Plaza de los Dos Congresos ya presagiaba lo que vendría después. Pasadas las 16 llegó la primera columna a la intersección de la 9 de Julio y Avenida de Mayo. Miles de manifestantes del MST fueron escoltados por motos y cuatriciclos de la Policía Federal. Algunos insultaban y golpeaban las vallas que dividían el pelotón de la Prefectura Nacional apostado por prevención. También había carros hidrantes, camionetas y camiones para transportar detenidos.

Entre los vendedores de sándwiches de salame y queso –que se encontraban cada 50 metros–, los organizadores estimaron que más de 75 mil personas se expresaron contra el G20. Banderas negras y argentinas asomaban por el costado del Ministerio de Desarrollo Social. Un grupo de personas se acercó al vallado para insultar a los efectivos dispuestos en la zona. En cada intersección de Avenida de Mayo había un bloque de casi cien policías detrás de las vallas.

En la primera línea del Frente de Izquierda estaban Nicolás del Caño, Romina del Plá, Néstor Pitrola y María del Carmen Verdú. El diputado nacional del PTS-Fte. de Izquierda sostuvo que “fue una movilización muy importante porque repudiamos a los líderes del mundo que son responsables de las guerras, el hambre y la miseria. Acá expresamos la voz de la caravana inmigrante que ha sido reprimida en la frontera con México por Donald Trump, los chalecos amarillos contra Macron. Han intentado cercenar el derecho a manifestarse”.

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“Se marcha en repudio del G20 entendiendo que esta es la reunión del imperialismo mundial”, dijo la docente, sindicalista y militante del Partido Obrero Romina del Plá sobre “el acuerdo para atacar los derechos de los trabajadores, jubilados y la juventud de todo el mundo”.

La columna del CTEP Capital estaba con Juan Grabois a la cabeza. “El Estado anfitrión no logró poner en la agenda los dos temas principales que golpean a la humanidad: la desigualdad y la cuestión ambiental, quizás el asunto de interés mundial que mayor lugar debería tener en esta agenda. Siento tristeza y vergüenza con lo que han hecho nuestros gobernantes. Limpiar la Ciudad de pobres y blindarla para que no se vea la protesta social”, sostuvo.

A las 17, los manifestantes llegaron al vallado que da al Congreso. Allí, a bordo de un camión con parlantes, Nora Cortiñas, madre de Plaza de Mayo (Línea Fundadora), leyó el documento principal del acto, en representación del colectivo anticumbre. A su lado estaban Claudio Lozano, Alejandro Bodart y Hugo “Cachorro” Godoy. “El club privado de las potencias imperialistas invita a países emergentes a poner el terreno. Denunciamos al gobierno de Mauricio Macri y el acuerdo con el FMI, que nos condena a un ajuste eterno.

"Repudiamos la presencia de Trump y otros líderes mundiales. Fuera el G20”, exclamó la referente de derechos humanos. Contra todos los pronósticos, a pesar de ocho detenciones (luego tres personas fueron liberadas) y el material “sospechoso” secuestrado, funcionó el pacto entre las organizaciones sociales y el Gobierno: no hubo disturbios y la marcha se desconcentró pacíficamente.

El momento de mayor tensión sucedió en la puerta del cine Gaumont, cuando un grupo de diez anarquistas, encapuchados y vestidos de negro, estaba organizando el comienzo de disturbios. Pero los militantes de Izquierda Socialista los echaron al grito de “infiltrados”. En la marcha también estuvieron presentes turistas extranjeros, como Gerda y Florian Brandl, una pareja de austríacos que cuando se enteraron de la marcha se acercaron porque “no puede ser que los ricos sean cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres”.