POLITICA
EL CUENTO DE NUNCA ACABAR

La mugre del Riachuelo no está en el agua

De María Julia a Kirchner, su limpieza está signada por la impunidad.

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Los mil días de María Julia Alsogaray forman parte de un mito. Hasta ahora no logré que nadie me mostrara una prueba concreta de que haya dicho lo que todo el mundo dice que dijo a mediados de los 90, cuando Carlos Menem le regaló la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente Humano (y Desarrollo Sustentable, más tarde).

Sin embargo, que sea fruto de la imaginería colectiva o frase cierta carecen de importancia a esta altura del partido, diez años y muuucha más contaminación después. ¡Diez años! Una eternidad si se contabilizan enfermos y muertos por causa de tanta demora en aplicar una solución.

A María Julia le cabe, cuanto menos, el haber dilapidado tiempo y plata por estos pasos que fue dando o no dando:

a) Haber designado a un familiar –por esto, y no por sus saberes– para conducir el Comité Ejecutor del Plan de Gestión Ambiental de la Cuenca Hídrica Matanza-Riachuelo (ya te cansa la cita; imaginate el contenido), más ocupado en cumplir las órdenes de su jefa-pariente y administrar-dilapidar-reconducir los ¡500! millones de dólares (la mitad aportados por el BID) que en producir hechos conducentes.

b) Haber priorizado el gasto en contratación de consultoras sobre la gestión de obras.

c) Haber dicho primero que el nudo del problema estaba en la falta de cloacas y el volcado de efluentes orgánicos (la mierda, bah) en el Matanza; meses después, que el problema mayor estaba en los líquidos industriales sin tratar de la zona Riachuelo; más tarde que había que limpiar el fondo cubierto de barcos hundidos; y, finalmente, que con unos barquitos muy monos y muy caros que limpiaban la superficie andaríamos fenómeno.

Resultados: 1) las cloacas no se hicieron pero Mariyuli logró para Aguas Argentinas un plus sobre facturación para financiarlas que hasta no hace mucho seguíamos pagando todos (una fortuna para la concesionaria y para...); 2) las empresas siguieron tirando su mugre al río, y se gastó otra fortuna en el estudio de instalación de cinco “polos” de tratamiento de efluentes industriales que jamás se concretaron; 3) los barcos –salvo algunos levantados pour la galerie– siguen en el fondo junto con el plomo, el cadmio, el cromo y otras porquerías; 4) y los barquitos ya no están, para tristeza de los amantes del pintoresquismo.

María Julia Alsogaray sigue viviendo en su coqueto petit hotel ampliado, y mal no parece irle salvo alguna cuenta pendiente con la Justicia. ¿Pagará por tanto despilfarro con tanta puntualidad como lo hacía en sus tours de compras por Nueva York?

Ahora, este gobierno que en palabras públicas y privadas le pega a la ingeniera, anuncia que se patinarán en acciones sobre la cuenca más de 5.000 millones de pesos (1.700 millones de dólares, más del triple de aquella previsión del 97). ¿Por dónde empieza? Por contratar consultoras. Claro.

¿Por qué no se dejan de joder y nos ahorran otra bronca?