POLITICA
Exclusivo | Anticipo del Diario Libre

La operación secreta de Gabriela Michetti

La morfina ya no le hace efecto para aplacar el dolor. Los detalles de una técnica poco usual, para cuando ningún otro tratamiento funciona. Por qué no habló del tema.

Gabriela Michetti sale de la clínica.
| Diario Libre.

El sábado 19 por la tarde, Gabriela Michetti se internó en el instituto FLENI. Diagnóstico: dolor neuropático de las extremidades inferiores, una mala pasada de su sistema nervioso que le hace sentir como si le clavaran mil agujas en las piernas. Tratamiento: implante de un neuroestimulador, una cirugía compleja, inusual y reservada como una de las últimas opciones en materia de tratamiento del dolor.

El sufrimiento de la diputada del Pro es una consecuencia típica de su condición médica. Hace casi 17 años, un accidente automovilístico le dejó lesiones irreversibles en las vértebras lumbares. Nunca más volvería a caminar y el dolor sería una constante en su vida. Los calmantes, sus nuevos mejores amigos.

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En 2008, Michetti pasó por el quirófano del Hospital Italiano para una cirugía descompresiva, en manos del Doctor Marcelo Gruenberg. Quitaron un pedazo de hueso de una de las vértebras, para que quedara más espacio para el nervio y aliviarle los dolores. La solución fue temporaria y, desde ese entonces hasta hoy, el uso de calmante ha ido en una escalada que llegó al uso de morfina. Que ya no le sirve, que ya no la calma.

La última opción. “Hay muchas formas no invasivas de combatir el dolor”, explica el neurólogo Conrado Estol, especialista en tratamiento del dolor de la Universidad de Boston, “incluyendo fármacos, ejercicios, kinesiología, técnicas de relajación y terapia de comportamiento”. Estas técnicas funcionan en la mayoría de los pacientes, por lo que operaciones como la que se le hizo Gabriela Michetti queda reservada a “los pacientes que no responden a los tratamientos convencionales”.

“Implantar un neuroestimulador es un procedimiento poco frecuente, que requiere de equipos profesionles muy preparados”, agrega el especialista. Muchos optan por dejar este tipo de tratamientos en manos de hospitales norteamericanos. A Gabriela Michetti, la operaron -en el más absoluto de los silencios y escapándole a los flashes- en la más afamada clínica neurológica de Belgrano.  "Tras un posoperatorio breve en la habitación 408 del FLENI, fue dada de alta el domingo.

Perfil bajo. Gabriela Michetti no sólo no quiere hablar de su salud, sino que hasta niega lo que el mismísimo FLENI confirma. “¿Ahora es de suma importancia mi salud?”, le pregunta el viernes 18 por la mañana, en la puerta de su casa de San Cristóbal, bastante enojada por la curiosidad periodística a la cronista de LIBRE que la estaba esperando. Al borde de una especie de paranoia pre-electoral, el entorno de Michetti sospecha de un campaña de prensa de la oposición. “Ya le inventaron que era bipolar, que lloraba todas las noches, que no podía dormir”, protesta una fuente cercana a la diputada.

En la semana previa a su internación, Michetti recargó la agenda para recibir a periodistas y ofrecer entrevistas, a quienes no les contó que se iba a internar. Pero esas notas y fotografía suyas comenzarán a ocupar espacios en diarios y revistas durante esta semana, mientras ella se recupera tras el implante del neurotransmisor en el que deposita toda su fe.

Informes: Romina Cansler y Paola Florio
Fotos: Silvina Von Lapcevic