Después del naufragio en el resultado de las elecciones presidenciales, la oposición está buscando salir a flote. Pero mientras la presidenta Cristina Fernández de Kirchner monopoliza el centro de atención, ya sea por su salud o por la gestión, es poco lo que tienen para mostrar las diversas fuerzas que conforman el arco opositor. En ese contexto, los dirigentes arrancaron lentamente el 2012 y empezaron a diagramar el camino de la ansiada recuperación.
Con el Grupo A definitivamente enterrado, ahora cada espacio hace hincapié en la necesidad de fortalecer su propia identidad. De todas formas, los puentes entre los partidos están tendidos y más de uno ya está pensando en un nuevo esquema de alianzas. No obstante, la gran mayoría coincide en que este año será el momento de entablar el diálogo, pero que los acercamientos definitivos deberían darse recién en el próximo año electoral, 2013.
El resultado de las elecciones dejó a dos fuerzas mejor posicionadas: el Frente Amplio Progresista (FAP), de Hermes Binner, que salió segundo, y el PRO, de Mauricio Macri, que no compitió en las presidenciales, pero retuvo la Jefatura de Gobierno porteña. Un paso atrás quedó la Unión Cívica Radical, que con la candidatura de Ricardo Alfonsín ocupó el tercer lugar. Por su peso territorial, los radicales terminan posicionados como una de las principales fuerzas de la oposición: tienen el bloque parlamentario mayoritario después del Frente para la Victoria, tanto en Diputados como en el Senado.
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