Que país generoso. Argentina da para todo. La amistad personal y política entre Aldo Rico y Carlos Kunkel es una de las tragicomedias mas difíciles de entender de estos tiempos de cólera. Los dos se autotitulan soldados de los Kirchner. La explicación que le dio Rico a Leonardo Míndez en un reportaje hace levantar la bronca y la indignación de los que creemos que la democracia es dialogo y solución pacifica de los conflictos.
”Los dos somos combatientes”, dijo Aldo Rico quien se levantó en armas contra el gobierno de Alfonsín. “Así como fui amigo de Rodolfo Galimberti o venía Mario Firmenich a mi casa. Es como si me encuentro con un combatiene de Malvinas.”
Esos son sus argumentos. Sin que se le caiga la cara de vergüenza, Rico dice que lo que los une es la concepción violenta de la lucha armada para defender sus ideas. O peor todavía porque mas adelante dice que no peleaban por ideología, que peleaban por el poder.
Es terrible pensar en tantos hermanos argentinos que murieron y desaparecieron para que a esta altura estos dos muchachos nos vengan a decir que son amigos y casi, casi lo mismo. Cara pintada y dura por demás, Aldo Rico dice que con Kunkel y Firmenich y Galimberti los une el haber arriesgado la vida por lo que pensaban. Y no como otros que lo único que derramaron fue tinta.
Resulta que ahora utilizar el asesinato y las armas como herramientas políticas es bueno y digno de ser elogiado. No lo termina de decir, pero Rico siente que es un héroe y que Kunkel tambien y que los militares y los montoneros eran movimientos nacionales que luchaban casi por las mismas cosas.
Es insólito que ni siquiera tengan en cuenta que mientras estos valientes resolvían a los tiros y a las bombas sus problemas de poder en el medio estaba la inmensa mayoría del pueblo argentino que ahora, antes y siempre, elige la civilización antes que la barbarie y la paz antes que la guerra.
Porque los pueblos no se suicidan acompañando a patrullas perdidas presuntamente lúcidas y esclarecidas que se creen dueñas de la verdad. Por suerte, el sentido común, la vocación por la república y el rechazo a los fundamentalistas de todo tipo fue salvando a nuestro pueblo de cosas peores.
Ya bastante tuvimos con el foquismo infantil que llevó a una generación a la muerte. Ya bastante tuvimos con el terrorismo de estado que masacró a tanta gente y que utilizó la tortura, la desaparición de personas y el robo de bebes como metodología.
Se sienten orgullosos de haber hecho lo que hicieron. No tienen un gramo de arrepentimiento. No piden perdón. Todo lo contrario. Piden reconocimiento social y hasta un monumento si es posible. Es peligroso que este tipo de pensamiento este tan cerca del poder.
Kunkel es una de las voces que los Kirchner mas escuchan y Rico quiere volver a ser intendente de San Miguel con el apoyo de Alberto Ballestrini y Néstor Kirchner. Tienen un pensamiento cerrado, blindado, dogmático que en el fondo desprecia a las mayorías nacionales que siempre han ido por caminos distintos a los que la violencia armada les ofreció. Están orgullosos de haber sido combatientes y de haber derramado sangre.
Siento dolor y un profundo rechazo por estos personajes. Yo me siento orgulloso de no haber matado nunca a nadie y de haber derramado solamente tinta. Con la tinta se pueden escribir ideas políticas y hasta poemas de amor. Con la sangre solo se puede sembrar odio y muerte.
Esta nota fue publicada originalmente en alfredoleuco.com.ar , el blog particular de Leuco.