No van a competir en las elecciones con un programa de gobierno conjunto. La idea del acuerdo entre la UCR, el PRO y Elisa Carrió es presentar un punteo de políticas públicas en las que fácilmente puedan coincidir sin turbulencias. Se animan a definirlo como una “identificación de políticas de Estado”.
El objetivo es evitar comparaciones con lo que fue la “Carta a los argentinos”, el detallado programa de gobierno que presentó en 1999 la Alianza UCR-Frepaso. Todavía con discusiones respecto a si la coalición es de gobierno, electoral o tan sólo parlamentaria, entre las fuerzas que componen el acuerdo decidieron ponerse de acuerdo en una serie de puntos básicos, pero el grueso de las decisiones de gobierno quedarán, en caso de llegar a la Presidencia, para aquel que gane las Primarias.
Los diálogos son todavía informales. Habían avanzado hasta 20 días antes de la Convención radical de Gualeguaychú, donde el centenario partido decidió avanzar formalmente en el acuerdo. Recién estas semanas, pasadas las Pascuas, los representantes de las fuerzas volverán a reunirse. Las negociaciones entre la Unión Cívica Radical, el PRO y la Coalición Cívica transitan dos caminos paralelos: por un lado están tejiendo todo el entramado electoral, que incluye la definición de candidaturas y el armado de listas legislativas. Por el otro, avanzan en los acuerdos programáticos.
En el espacio están definiendo el mejor momento para relanzar el acuerdo con una foto conjunta de Mauricio Macri, Ernesto Sanz y Elisa Carrió. Desde el macrismo, en tanto, consideraron que lo ideal es que sea “a principios de mayo”, después de todo el cronograma de elecciones de abril, que incluye importantes elecciones como las PASO en la Ciudad de Buenos Aires o en la provincia de Santa Fe. Ese día, los tres líderes harán un resumido bosquejo del acuerdo programático y luego serán los equipos técnicos los que terminarán de darle forma.
República y federalismo son dos conceptos que se da por hecho que estarán identificados en el punteo. Al entrar a temas más precisos, hay dos principales donde rigen las coincidencias: seguridad e infraestructura. En el primer punto ya se habla de resucitar el consejo de seguridad interior –que nuclea y coordina el trabajo con las provincias–, de profundizar la radarización de las fronteras y de desarrollar un mapa de delitos complejos.
Respecto a temas de infraestructura, ya existe un principio de acuerdo en abordar una política con un mayor desarrollo de las energías renovables, junto al gas y las hidroeléctricas, para no depender sólo de Vaca Muerta. En cuanto al transporte, se pondrá el eje en la producción, con la mira en el Belgrano Cargas. En ambos temas, los subsidios serán todavía materia de discusión, aunque se buscará eliminarlos gradualmente.
También hay coincidencias en lo relacionado a la Asignación por Hijo, la que pretenden hacer “verdaderamente universal y por ley”. Y en relación a la política exterior se habla de continuar con la integración regional, “pero sobre todo con Brasil, como una distinción del eje que existe con Venezuela”.
Frente al manejo de la economía todavía no hay muchos puntos de coincidencia, aunque desde el radicalismo expresaron su satisfacción porque aseguran que no se encontraron “con un planteo tan neoliberal sino más bien desarrollista”. Los economistas de una y otra fuerza ya tienen coincidencias en reducir lo que denominan “el gasto público innecesario” y el “exceso de empleo público”. Ante las posibles críticas que reconocen que pueden recibir, sobre todo por posturas públicas del macrismo, intentarán dejar en claro que no tendrán una lógica privatista sino de “mayor eficiencia”, sobre todo en lo relacionado a empresas como Aerolíneas Argentinas e YPF.