No confrontar con el oficialismo nacional y bajar el perfil durante, al menos, seis meses. Con estas dos premisas, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, encara el fin de 2019 y el comienzo del año que viene. Es que el jefe comunal está convencido de que, en especial para los gobernadores de Juntos por el Cambio, lo ideal será mantenerse al margen de la disputa política más dura que hoy tiene como epicentro el Congreso.
Larreta instruyó a su gabinete y a su círculo más cercano para que el primer semestre de 2020, al menos, se construyan consensos tanto con la Casa Rosada como con la Provincia. El escenario que observa es que la crisis económica seguirá, al menos, durante gran parte del año próximo.
En todo caso, dejará que sean otros actores de Juntos por el Cambio, como los legisladores o dirigentes del PRO, quienes critiquen más duramente al oficialismo. Necesita sostener un esquema de paz político-social. Teme que, como le ocurrió a Mauricio Macri, sobre todo en su segundo mandato en la Ciudad, una mala relación con la Nación entorpezca su gestión. Por ello, en la semana Larreta estuvo en Casa Rosada, junto al presidente Alberto Fernández, su jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, para firmar la suspensión del Consenso Fiscal. Ese día se lo vio hablando animadamente con el gobernador bonaerense, Axel Kicillof. Con él intentará avanzar en las próximas semanas en la agenda común del área metropolitana.
Agenda. Con Nación hay agenda propia también: obras públicas (como la situación del ferrocarril Sarmiento), energía (quedó trunco el traspaso de Edenor y Edesur con la nueva megaley sancionada el viernes) y hasta temas de seguridad, en especial en el sur de la Ciudad.
Para sostener un buen vínculo con Fernández, el jefe comunal recurre a su vicejefe, Diego Santilli, quien mantiene una larga amistad con Juan Manuel Olmos, ex legislador y quien fuera titular del PJ porteño, el jefe de asesores del Presidente, y con Claudio Ferreño, presidente del bloque del Frente de Todos en la Legislatura porteña.
Paralelamente, también bajará su perfil mediático: se concentrará solo en temas de gestión (su prioridad absoluta en los primeros dos años de su segundo mandato) y cuestiones institucionales. En lo que se refiere al PRO nacional, si bien no ocupará un cargo formal en su nueva estructura que comenzará a funcionar en febrero (ver página 22), colocó a un hombre de su máxima confianza como secretario general: Eduardo Macchiavelli, quien fuera su jefe de campaña este año y a cargo de la “agenda verde” como secretario de Ambiente de la Ciudad.
De todas formas, en el entorno del jefe de Gobierno porteño ya piensan en 2023. Con Santilli como uno de los grandes articuladores a nivel político, se armó una mesa nacional que tímidamente comenzó a funcionar.
En ella trabajan también los ministros Bruno Screnci (Gobierno), Karina Fernández (Asuntos Estratégicos), Fernando Straface (secretario general) y Macchiavelli. Se sumaron también el peronista Maximiliano Corach, viceministro de Desarrollo Humano, y Karina Spalla, ex legisladora, quien se mudó de la Corporación Sur.
Por su lado, sin reelección en la Ciudad, Santilli comenzará a caminar la Provincia en los próximos meses. Será de manera progresiva. Y siempre con la idea de sumar a la futura candidatura presidencial de Larreta. Aunque, quizás, en el camino, termine construyendo una candidatura a gobernador. Las puertas de la Provincia están abiertas: ya son, al menos, cinco los anotados para 2023.
Primer retiro en Pilar
El jueves el Sheraton de Pilar se bañó de larretismo: ministros y secretarios llegaron a media tarde hasta la tarde noche del viernes para el primer retiro del flamante gabinete del jefe de Gobierno. Allí hubo un repaso de los temas clave de los primeros cuatro años y una mirada a futuro: Larreta tiene en su poder los planes estratégicos 2020-2023 para la Ciudad, una obsesión desde que ganó las elecciones con el 55%. Hubo varios nuevos ministros que debutaron en el retiro: las jóvenes Clara Muzzio (Espacio Público) y María Migliore (Desarrollo Humano), entre otros.
“Fue un buen momento para repasar la gestión y conocernos mejor”, contó a PERFIL uno de los ministros porteños. En diciembre de 2018 había sido el último. En ese entonces el karaoke fue la gran estrella para distenderse.
