Fueron solo seis días en Villa La Angostura. Se suponía que era para descansar plenamente. Sin embargo, para fin de año Horacio Rodríguez Larreta siguió con reuniones laborales y de gestión mientras combinaba el paisaje que ofrece el country Cumelén. Desde Mauricio Macri hasta el vicejefe y precandidato para la sucesión en la Ciudad, Emmanuel Ferrario, estuvieron analizando planes y hablando de la coyuntura política con él.
De todas formas, en el comienzo del año electoral Larreta tiene decidido acelerar su campaña con recorridas, viajes y fotos por todo el país, sumado a que en las próximas semanas se definirá la incorporación definitiva de dos figuras para su equipo porteño.
En este marco, el jefe de Gobierno y precandidato presidencial encaró una gira de tres días por Córdoba, una de las provincias que suele sonreírle a Juntos por el Cambio desde 2015.
Del surf a las sierras: Rodríguez Larreta se animó a cantar con el 'Chaqueño' Palavecino en Córdoba
El viernes se lo vio cantando junto al chaqueño Palavecino en el marco del Festival de Doma y Folclore en Jesús María, ayer estuvo en Villa Carlos Paz recorriendo teatros –periplo cultural que viene diagramando el ministro de Cultura porteño, Enrique Avogadro, quien lo acompañó– y estuvo en la zona de playas. Hoy estará en Córdoba capital y por la tarde noche participará del “Show Bumbum” que la Mona Jiménez dará en el Chateau Carreras. El año pasado Larreta había estado almorzando en casa del cantante, quien luego fue invitado a dar un show gratuito en la Ciudad. El hijo de la Mona es un larretista auténtico, comentan cerca del jefe comunal.
Con todo, las imágenes de un Larreta más distendido forman parte de lo que será la campaña que encarará este año, por las cuales en el verano pasará por más de diez provincias entre fiestas y festivales, más recorridas puntuales. En el equipo “H23” (que ya tiene gorras y remeras alusorias) pretenden que se muestre como un dirigente “cercano”, que recorra pueblos pequeños –no solo las grandes capitales– y que pueda transmitir una épica bajo la consiga “La Generación del 23”.
En lo que refiere a su equipo, tras el desembarco de Martín Redrado (quien comenzará a ocuparse de la agenda 2030 y la agenda de desarrollo más los temas económico-internacionales) y de Waldo Wolff (quien ya debutó como un férreo defensor del Gobierno en la crisis por el caso D’Alessandro), le llegará el turno en las próximas semanas a dos figuras. Una es Cynthia Hotton quien está terminando de cerrar su incorporación en el Consejo Social, un área dentro de Desarrollo Humano y, por el otro, a Graciela Ocaña, quien estará en un Consejo de Notables vinculado a Tercera Edad, su área de trabajo por antonomasia desde que llegó al PAMI y luego a Salud. Se espera que en estas semanas se hagan efectivas las incorporaciones. Quedará, para otro momento histórico, la incorporación de un “lilito”.
Mientras tanto, en la Ciudad esta semana se terminará de consolidar el rearmado del Ministerio de Seguridad. Con Marcelo D’Alessandro de licencia por tres meses tras el hackeo de su celular y la difusión de presuntos chats, el jefe de Gabinete porteño, Felipe Miguel tomó la coordinación del área con una consigna: consolidar el equipo que armó el ministro y continuar con las políticas que Larreta utilizará en su campaña como un activo vinculado a la lucha contra la inseguridad.
En ese marco, en el Gobierno porteño aprovecharon los ascensos que se habían dado en estos días para reordenar la fuerza policial, se creará una secretaría con Elizabeth Camaño al frente –quien llegó al ministerio de la mano de D’Alessandro y trabajaba como una suerte de viceministra como subsecretaria de Seguridad–, sumado a que se descentralizará la comunicación en tres áreas. Antes todo estaba reunido en la figura del ministro. Será un esquema temporal de emergencia.
A la vez, crece progresivamente en el larretismo la idea de que lo “mejor” que le puede pasar al jefe de Gobierno es que D’Alessandro pueda volver en abril a su cargo. Es lo que vienen sosteniendo cada vez más funcionarios porteños y lo que pretende el propio Larreta, a pesar de las presiones cruzadas. De vacaciones en Costa Esmeralda con su familia –la más afectada por todo el tema– durante enero, el funcionario retomará su defensa judicial en febrero. Aunque sabe que la decisión final siempre será política.