A pesar de que las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias parecen haberse desarrollado con normalidad, las irregularidades estuvieron a la orden del día. El robo de boletas y “errores” en los telegramas son los casos más repetidos en todo el país. Y hubo perjudicados de todos los partidos políticos.
El robo de boletas en el cuarto oscuro sigue siendo una práctica común, al punto tal de que los dirigentes ya lo toman con naturalidad y planifican estrategias para intentar remediarlo en el acto. Lo curioso es que esta vuelta no se salvó nadie: en algunos distritos el kirchnerismo, siempre foco de las denuncias opositoras, fue víctima del mecanismo.
En Tandil, por ejemplo, un precandidato a concejal de una lista del Frente para la Victoria denunció durante la jornada que les estaban “choreando las boletas”. El Frente Renovador de Sergio Massa, a su vez, también denunció que en algunos distritos, sobre todo del sur del Conurbano, les estaba pasando. Para el Frente Progresista de Margarita Stolbizer y Unión por la Libertad de Francisco de Narváez la situación, ante la falta de fiscales, fue mucho más compleja y sistemática en más distritos.
En San Isidro, el presidente del partido, Gustavo Posse, intendente que jugó con Massa, presentó una denuncia ante la Justicia el día de la elección, repitiendo los dichos de fiscales propios y de otros partidos que desde temprano sostenían que desaparecían boletas.
También hubo reclamos en otras provincias. El precandidato a senador del MPN en Neuquén, Guillermo Pereyra, relató el mismo domingo que “el único inconveniente que tenemos hasta el momento es que nos están robando las boletas”. “Es una pena lo que ocurre, pero así es como se maneja esto”, definió. En Entre Ríos, el ex gobernador Jorge Busti también se quejó de la práctica que sufría la boleta de su mujer y Alfredo De Angeli. “La consigna del Frente para la Victoria acá en Concordia es hacer desaparecer la boleta de la Lista 503”, aseveró.
Los errores en los telegramas (a veces sospechados de ser más que eso) también fueron moneda corriente. En Jujuy, el radicalismo hizo una presentación judicial porque 250 telegramas de mesas del interior provincial estuvieron perdidos durante tres horas, desde que salieron de sus localidades hasta que llegaron al Correo Central en la capital. Sostiene que los números fueron cambiados, aunque después pudieron recuperar esos votos en el escrutinio definitivo. En Santiago del Estero, el radicalismo también está armando denuncias para presentar. Tienen el caso dos fiscales que cuando entraron al escrutinio se encontraron con que las autoridades estaban acomodando los números a su antojo en lugar de contar los votos. Los problemas no son nuevos y se vienen denunciando elección tras elección, sin embargo la mayoría kirchnerista en el Congreso evitó dar el debate sobre dos proyectos que ayudarían a resolverlo: el sistema de voto electrónico o de boleta única.