A los pocos días que trascendieron las denuncias por lavado de activos que involucran a Lázaro Báez, en una presunta ruta de blanqueo de fondos públicos, el empresario K se reunió con Cristina Fernández de Kirchner.
El encuentro se habría producido poco después de las revelaciones del programa Periodismo Para Todos, que se emite por Canal 13, propiedad del Grupo Clarín, en guerra declarada contra el Gobierno.
Existen dos versiones, la primera es que se produjo en la quinta de Olivos, en la semana posterior al domingo 14 de abril, cuando Lanata reveló una presunta red de lavado. Lázaro, justo esa semana se trasladó a la Ciudad y estuvo varios días. La segunda versión refiere a que la reunión se produjo el fin del 27 de abril, cuando la Presidenta viajó a Río Gallegos.
La conversación que mantuvieron sirvió para que el empresario se encolumnara con la línea argumentativa que por estos días CFK le baja a sus funcionarios: las denuncias son producto del enfrentamiento entre el Gobierno y Clarín. Es decir, responde a cuestiones políticas.
Si bien se desconocen los detalles del encuentro, tras la charla, Báez dio un giro en su estrategia de comunicación: abandonó el silencio y salió a denunciar una operación. Un ejemplo: esta semana abrió su chacra de Río Gallegos para que los medios filmaran su interior con el objetivo de demostrar que allí no se ocultaba ninguna bóveda.
En las últimas semanas los abogados y asesores de Báez tejen con detalle la estrategia judicial y comunicacional del empresario que vio crecer exponencialmente sus negocios al calor del kirchnerismo.
El otro movimiento lo hizo este jueves: le envió una carta documento a Lanata donde lo acusa, entre otras cosas, de obstruir el avance de la causa al no aportar pruebas concretas de lo que sostuvo en su programa. “Ni la producción de su programa ni Artear SA han hecho entrega al Juzgado mencionado de documentación original alguna, aportando apenas fotocopias simples de sólo algunos de los instrumentos que Ud. dijo tener en su poder”, escribieron los abogados de Báez en el documento. También en la carta se menciona que: “esa reticente actitud conspira contra el avance de la investigación”.
Amén de la insólita denuncia en contra de Lanata –por obstaculizar la investigación– por parte de un empresario acusado de lavado, está claro que en su entorno dieron un golpe de timón en la estrategia de defensa. Golpe que, además, tendrá novedades en los próximos días.