Luego de avanzar, llegó la hora de negociar. Esa parece ser la estrategia del Gobierno. Tras enviar el proyecto de ley de servicios audiovisuales al Congreso y ante la posibilidad de que la iniciativa sea rechazada, el oficialismo aceptará reformas al texto inicial .
Un aspecto es la autoridad de aplicación de la ley, que dejará en manos del Poder Ejecutivo la revisión, cada dos años, de los licenciatarios de frecuencias. La iniciativa del Gobierno plantea crear la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual, integrada por tres representantes del Gobierno y dos del Congreso.
Posibles aliados como los bloques de Solidaridad e Igualdad, Proyecto Sur, Diálogo por Buenos Aires y Forja rechazan la idea y proponen la creación de un órgano autárquico con nueve miembros: seis en representación del Parlamento y tres del Poder Ejecutivo, según informó La Nación.
Ayer la presidenta Cristina Kirchner reivindicó la prohibición que fija su proyecto de que quien es un operador de cable no puede tener un canal de aire. Eventuales aliados consideran arbitrario este aspecto. Algunos proponen esperar el plazo en que caducan las licencias (que la nueva ley establece en 10 años) para que se ajusten a la nueva norma. El Gobierno, por su parte, quiere que en un año las empresas se desprendan de las licencias que queden fuera de la ley.
El interventor en el Comité Federal de Radiodifusión (Comfer), Gabriel Mariotto, se reunirá hoy con la bancada kirchnerista en Diputados a puertas cerradas. Allí el bloque oficialista plantearán dudas y reparos a la norma. Para consensuar posturas, la confianza del matrimonio presidencial se depositó nuevamente en la coordinación del secretario legal y técnico, Carlos Zannini.
Teléfonicas. El proyecto oficial habilita a las empresas de servicios públicos, como las telefónicas, a prestar servicio de cable, algo prohibido con la legislación actual. El titular del bloque SI, Eduardo Macaluse, cuestionó la medida: "Tememos que se conformen nuevos monopolios, esta vez a manos de las telefónicas". Si bien en este punto el Gobierno no daría el brazo a torcer, se podrían introducir restricciones.
Quieran o no, desde la Casa Rosada saben que necesitan conseguir quórum, sobre todo en la Cámara Baja. Para eso deben conseguir el apoyo de otros 18 legisladores para arrancar la sesión. El resultado aún es una incógnita.
