José Luis Lingeri es hoy una pieza clave de la pax sindical que logró el Gobierno. El titular del gremio de Obras Sanitarias es el puente entre la gestión Cambiemos y el mundo sindical en uno de los temas más sensibles, la devolución de una millonaria deuda que el kirchnerismo acumuló con las obras sociales gremiales.
Cada trabajador sindicalizado aporta una parte de su cuota a la obra social gremial como parte de la Administración de Programas Especiales (APE). Los aportes van a un fondo que debe ser redistribuido en función de los casos de alta complejidad que atiende cada entidad prestadora. Más allá de su finalidad, es una área sensible porque puede ser utilizada para el desvío de fondos con mecanismos similares a los destapados por el caso de la mafia de los medicamentos.
En los últimos años del ciclo kirchnerista, se cortaron parte de estos pagos hasta acumularse una deuda que el gremialismo estima en 30 mil millones de pesos. Según confirmó el propio Lingeri este jueves: “La decisión del Presidente es que esa deuda se pague y se han dado instrucciones a los técnicos para trabajar en ese sentido”. Aclaró que aún debe definirse si el pago se hará con un bono u otro mecanismo. Tampoco quiso adelantar los plazos que tendrá el proceso de normalización.
En lo inmediato, Lingeri gestiona la liberación de fondos más limitada pero esencial para las obras sociales que están con balances en rojo: “Se está gestionando un adicional de 2.700 millones de pesos para pagar cerca de unos 100 mil expedientes que están en la Superintendencia de Seguros de Salud, anteriores al 2015”.
Diversas fuentes de la CGT revelaron a PERFIL que el pedido que habían elevado los gremialistas era de 5.000 millones de pesos. Incluso se pensó que parte del dinero que llegará de afuera, por créditos o endeudamiento, sería destinado a este fin. Sin embargo, Lingeri insistió, ante la consulta de este medio, que “la plata está”.
El compromiso del Gobierno para responder a este reclamo sindical quedó claro desde un principio. La Superintendencia de Seguros de Salud (SSS), el ente dependiente del Ministerio de Trabajo que regula las obras sociales, tiene como director desde el cambio de gobierno a un hombre cercano a Lingeri, Luis Alberto Scervino, ex titular del Instituto de Investigación Sanitaria de la Seguridad Social (Iisss).
Según indicaron desde distintos sectores, fue un nombre de consenso. Hay un mal recuerdo entre el mundo cegetista de la época en que Hugo Moyano había monopolizado el control de la SSS, durante el gobierno de Néstor Kirchner. Muchos colegas sostienen que el camionero utilizaba los fondos para programas especiales como un mecanismo de control.