POLITICA
el escenario de la oposición no kirchnerista

Los bloques dialoguistas enfrentan sus propias internas y complican al oficialismo

El Frente PRO, Hacemos Coalición Federal y la UCR se mostraban como los canales para llegar a las mayorías parlamentarias en Diputados, pero en los tres casos vienen sufriendo “el fuego amigo” de sus propios legisladores que, en algunas cuestiones, piden ser más duros con el oficialismo. Los jugadores en pugna y los distintos posicionamientos que podrían complicar a La Libertad Avanza. Ritondo, Pichetto y De Loredo buscan evitar deserciones en sus filas.

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Bancadas. Ritondo habla con Vidal en plena discusión por la ley ómnibus. Fueron dos de los más cercanos al oficialismo. | NA

El almuerzo del presidente Javier Milei con el jefe del bloque Frente PRO, Cristian Ritondo, intentó ser un mensaje hacia fuera pero, sobre todo al interior de su bancada. Porque la comida con el jefe de Estado se dio justo cuando, tres días antes, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, sumó ocho diputados de la bancada en un comunicado crítico contra el gobernador chubutense del PRO, Ignacio “Nacho” Torres. El resto de los legisladores amarillos no opinaron. Una fractura expuesta. La misma que viven por estas horas los otros dos bloques dialoguistas: el de la UCR y Hacemos Coalición Federal cuyo presidente es Miguel Ángel Pichetto.

Es que el posicionamiento estratégico frente a la Casa Rosada ha generado presiones internas al interior de los tres bloques que estuvieron en la discusión de la letra chica de la megaley que envió el Poder Ejecutivo y que se terminó cayendo en su tratamiento en particular.

Por ello, en la apertura de sesiones ordinarias, el oficialismo tendrá el desafío de lograr que los diputados que mejor relación tienen con La Libertad Avanza logren sostener el vínculo de diálogo de sus bancadas.

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En este marco, en lo que refiere al PRO, Ritondo había logrado que los 37 miembros de su bancada voten a favor en general y en particular de la ley ómnibus –lo que valió numerosos elogios del oficialismo– pero las tensiones al interior se hicieron ver cuando los ocho diputados bullrichistas (entre ellos Fernando Iglesias, Silvana Giudici, Sabrina Ajmechet, Gerardo Milman y Damián Arabia) firmaron un comunicado donde la ministra de Seguridad criticaba duramente a Torres, mientras el propio Ritondo había optado por el silencio. Al igual que otras figuras como María Eugenia Vidal o Diego Santilli.

Los bullrichistas, desde hace más de un mes y medio, vienen planteando al interior del PRO la idea de avanzar en un interbloque con LLA, algo que hoy está descartado. Más aún por la pésima relación que tiene Ritondo con el presidente de la Cámara, Martín Menem. Exactamente lo contrario ocurre con Óscar Zago, presidente de la bancada oficialista, a quien considera su “amigo”.

Con todo, el jefe del bloque del PRO sigue trabajando para evitar escisiones y que todos voten juntos las distintas iniciativas que se traten.

Por su lado, en la UCR la situación es más compleja. Facundo Manes y Pablo Juliano –quien ingresó en la boleta presidencial de Horacio Rodríguez Larreta como parte del acuerdo del neurocientífico para apoyar al entonces jefe de Gobierno– vienen dando muestras de un anti-oficialismo total.

El problema para el presidente del bloque, el cordobés Rodrigo de Loredo, y para su segunda, Karina Banfi, es que el espíritu de la bancada siempre fue intentar darle un marco de gobernabilidad a Milei a pesar de los conflictos internos.

Claro que las críticas que viene realizando el Presidente al centenario partido enrarecen la discusión interna. Aunque el secretario parlamentario del bloque, Alejandro Cacace, funciona casi como un libertario más, dentro de la bancada hay discrepancias sobre cómo posicionarse a futuro. En particular, si tampoco hay acuerdo con los cinco gobernadores radicales.

Finalmente la bancada que tiene a Pichetto como presidente es un bloque armado pura y exclusivamente para negociar mejor las comisiones y los lugares de poder de Diputados, pero no tiene una organicidad en su comportamiento.

Solo el propio Pichetto y Ricardo López Murphy votaron todo el articulado de la ley ómnibus.

El resto, o en disidencia, o directamente en contra. Por caso, la Coalición Cívica no quiso consensuar la fórmula jubilatoria con el PRO –Juan Manuel López siquiera se quiso mover de su proyecto cuando fueron del oficialismo a intentar alcanzar un consenso–.

Los socialistas directamente están más cerca del kirchnerismo en sus posiciones que de LLA. Algo similar ocurre con Margarita Stolbizer.

Para peor aún: dialoguistas por excelencia como Nicolás Massot terminaron con un enfrentamiento personal con el Presidente y con su asesor estrella, Santiago Caputo, con lo cual el ánimo dialoguista parece lejos para los proyectos que vienen.