Desde que Néstor Kirchner llegó al poder, el 25 de mayo de 2003, los festejos por la revolución de 1810 organizados por el Gobierno dejaron de ser exclusivos de la conmemoración del inicio del surgimiento del Estado Nacional. Se utilizó la fecha, desde entonces, para celebrar la llegada K al poder y para reafirmar el lugar que ocupa el Frente para la Victoria en la vida de todos los argentinos.
A las 18.33 del 25 de mayo de 2003, el entonces flamante presidente Kirchner salió al balcón de la Casa Rosada luego de la jura para saludar a las personas que se habían agrupado en la Plaza de Mayo. Luego, el santacruceño se dirigió a la Catedral metropolitana para participar del tradicional Tedeum por la fecha patria. Ese año, salvo por la liturgia religiosa, la Revolución de Mayo quedo totalmente diluida.
Exactamente un año más tarde volvió la sensación patriótica. Kirchner encabezó -tras romper varias veces el protocolo- los actos oficiales y, en su discurso, no dejó de hacer referencia a su primer año de gestión. Luego llegó la hora del Tradicional Tedeum. Durante su homilía, el cardenal Jorge Bergoglio condenó la "intolerancia", la "ceguera de la mediocridad" y el "bastardeo de las instituciones". Si bien Kirchner dijo que la misa había sido "muy buena", luego de esa ceremonia nunca más se volvió a realizar en la Catedral metropolitana.
Por la tarde, alrededor de 300 mil personas se congregaron en la Plaza de Mayo -pese a la lluvia- para participar del festival artístico organizado por el Gobierno en donde se destacaron las figuras de Silvio Rodríguez y Charly García. Si bien el espectáculo fue pensado para recordar el comienzo de la independencia argentina y los carteles partidarios no abundaron entre la multitud, durante toda la tarde surgieron consignas desde el escenario concordantes con el pensamiento presidencial.
En el 2005, y con el objetivo de “ federalizar la Argentina”, Alberto Fernández, el entonces Jefe de Gabinete, justificó que los actos centrales por el 25 de Mayo se trasladasen al interior del país. Más por las tensas relaciones del kirchnerismo con la iglesia que por la intención de integrar a todo el país en el festejo, el Tedeum se realizó ese día en Santiago del Estero con la visita de Kirchner. El festival popular que un año antes había tenido lugar en el corazón de la Ciudad de Buenos Aires también recaló en la provincia. El día patrio tuvo, además de una mezcla entre aniversario y conmemoración, un fuerte aire norteño.
“La plaza del Si” fue la consigna central que caracterizó el festejo de 2006, una celebración más parecida a una campaña presidencial que a una conmemoración nacional. El acto oficialista se realizó en Plaza de Mayo y, como impuso al Frente para la Victoria, no faltaron los shows musicales y los discursos alusivos a la gestión K. Además, Néstor Kirchner aprovechó los micrófonos para llamar a "construir una Argentina cada vez más plural". Sus palabras iniciaron l a concertación de cara a las elecciones de 2007.
A diferencia de lo que ocurrió en 2004, frente a la Casa de Gobierno no quedó mucho espacio para los independientes que buscaban participar de la conmemoración de la fecha patria. La plaza se colmó de seguidores kirchneristas, gremios peronistas -que funcionaron como la columna vertebral de la convocatoria- y partidarios de intendentes justicialistas del conurbano y gobernadores oficialistas
El 2007 fue el año de la concertación y, siguiendo el estilo impuesto por el santacruceño, los festejos -más los actos proselitistas y el aniversario de la llegada de Kirchner al Gobierno- se trasladaron a Mendoza. El ejecutivo provincial, a cargo del ahora vicepresidente Julio Cobos, desplegó un gran operativo para celebrar el 197 aniversario de la Revolución de Mayo en el anfiteatro Frank Romero Day.
Alrededor de 50 mil personas presenciaron el discurso del entonces presidente. Muchos de ellos, militantes y seguidores K, fueron trasladados a Mendoza desde diferentes puntos del país con un costo para las arcas nacionales de alrededor de 5 millones de pesos. En su discurso, el “pingüino” resaltó los logros de su gestión e insistió en la necesidad de sumarse al "proyecto definitivo". Kirchner se refería al día en que Cristina y Cobos se consagraron Presidenta y Vicepresidente del país, el 10 de diciembre de aquel año.
El conflicto con los dirigentes rurales le impuso tensión a los festejos de 2008 y dos actos diferentes, ambos en el interior del país, que constituyó una pulseada por el poder. El primer aniversario de la Revolución de Mayo con Cristina a la cabeza del Ejecutivo fue celebrado por el oficialismo en Salta, mientras que los ruralistas optaron por la ciudad santafecina de Rosario.
Uno de los pocos y desolados anclajes a la conmemoración de la revolución fue el Tedeum, que fiel al estilo K no fue oficiado por Bergoglio sino que estuvo a cargo del arzobispo salteño, monseñor Mario Cargnelo. Luego, el toque musical lo dio el grupo Los Nocheros y la celebración se cerró con los discursos del gobernador y la Presidenta. Mientras tanto, en Rosario nada se festejó en torno a la fecha patria, y nuevamente otro 25 de Mayo perdió el sello conmemorativo.
Este año, todo está preparado para que comiencen los festejos por el Bicentenario, que según lo planificado por las autoridades nacionales se llevarán a cabo a lo largo de todo el año por medio del Programa Bicentenario 2010, Punto de Encuentro. Entre las actividades que se realizarán, habrá una entrega de medallas, la recuperación de las zonas históricas y emblemáticas de la ciudad, espectáculos musicales, concursos deportivos, grupos de reflexión y festejos con contenido histórico.
Para arrancar, está programado para la noche del 24 de mayo un espectáculo musical que se llevará a cabo en el Obelisco porteño. Del festejo participarán importantes artistas locales que se adherirán a la fecha con la evocación de himnos y canciones referidas a la patria. El 25, la Presidenta viajará a Puerto Iguazú, donde se realizará además el clásico Tedeum.