Encaje negro, el típico modelo de la Presidenta pero esta vez con más boato que de costumbre. La gran pregunta era si rompería el luto y no lo hizo. En realidad, lo que no rompió es el color porque se atrevió a transparencias y brillos. El cabello suelto y los aros de siempre, argollas densas de brillantes. Medias oscuras y zapatos al tono.
Las mujeres de su familia acompañaron la sintonía: su madre de blanco, su hija de crema y negro o azul noche; su nuera igual. La hermana presidencial tenía un saco estampado en blanco y negro. Otra de blanco fue Nilda Garré, pero para su jura cambió por negro.
Debora Giorgi con tailleur rojo al igual que María Laura Leguizamón y Alicia Kirchner en violeta con un bolero crema. También eligieron el crema Agustina Kämpfer, Beatriz Rojkés de Alperovich y Dulce Granados.
Las invitadas del exterior, Dilma Rousseef y la primera dama uruguaya coincidieron en usar azul. La primera, más trabajado y Lucía Topolansy un traje sastre de corte masculino como siempre.
En general prevalecieron los vestidos, el guipiur y el encaje y los lisos a los estampados. Mucho cabello largo y suelto y una onda femenina, alejada de los trajes sastre que son típicos de las mujeres de la política. Se nota que es la Presidenta quien marca la tendencia y las demás la siguen.
(*) Autora del blog Te lo juro por Louis Vuitton
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