Horacio Rodríguez Larreta está convencido: las escuelas de la Ciudad tienen que ser lo último en cerrar, a pesar del incremento de casos de Coronavirus. Esa máxima se instaló el año pasado y fue una batalla política que el jefe de Gobierno instaló en el seno del debate público e hizo extensivo a Juntos por el Cambio.
En ese contexto, la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, viene siguiendo de cerca con su equipo el devenir de los contagios y el trabajo en las escuelas con los protocolos que logró acordar con los gremios docentes. En especial, junto al equipo de Fernán Quirós y el área de Salud.
Por ello, a pesar del paro que lanzaron un grupo de gremios docentes, vinculados al oficialismo nacional, los últimos números que atesoran en el Gobierno porteño dan cuenta de una baja incidencia del Covid-19 en las aulas.
Datos
En este marco, según datos oficiales hoy hay 700.518 personas en escuelas, si se suman alumnos, docentes y personal no docente (maestranza, administrativos). Y se armaron 45.056 total de burbujas epidemiológicas.
En lo que refiere a la incidencia de Coronavirus, el último corte que realizó Educación se basa en datos entre el 17 de marzo y el 12 de abril se contagiaron 5.006 personas del sistema educativo. Esto supone el 0,71% del total.
En cuanto a las burbujas epidemiológicas que tuvieron que aislarse se contabilizaron 945, es decir, 2,1% del total. Y el dato clave: el porcentaje de chicos y docentes que se contagiaron tras aislarse preventivamente en la burbuja alcanzaron el 0,012%.
Con estos números, Larreta está convencido que las escuelas no son un lugar de contagio y, es más, asegura que, por el contrario, es un lugar de detección temprana. Con lo cual, repite entre sus asesores, será lo último que se cierre aunque los casos sigan aumentando y haya que aplicar restricciones.
ES/MC