El líder de la CGT, Hugo Moyano, el juez Norberto Oyarbide y la presidenta Cristina Kirchner forman un eje de intereses cruzados que chocan y coinciden constantemente. Las alianzas que forjaron parecen pender de un hilo cuando de repente sorprenden a todos en gestos de estrecha sintonía.
Por caso, la relación Moyano-Gobierno es sin duda una alianza táctica y de conveniencia para ambos. Se sostiene sobre el modelo económico que apoya la CGT e impulsa el Gobierno, un modelo en el que las negociaciones salariales y paritarias devolvieron al sindicalismo su protagonismo perdido durante los años 90, así como el mecanismo de subsidios al transporte que favorece a los gremios moyanistas.
El líder camionero, sin embargo, sigue resaltando las cuestiones pendientes, como la suba del mínimo del impuesto a las ganancias, salarios y mejores lugares en las listas de candidatos para las elecciones.
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