“¿Cómo puedo ayudar? ¿Tengo que llamar a alguien en especial?”. El presidente Mauricio Macri estaba activo. Ayer a media mañana tomó su teléfono celular y comenzó a ocuparse personalmente de monitorear cómo venía la discusión de la reforma previsional, su as de espadas legislativo. Su misión: no tener más traspiés en la última semana, ya en la recta final, de las leyes clave que pretende sancionar antes de cerrar el año. El pack 5 navideño.
Sin dudas, la apuesta más importante se dará mañana cuando, después del mediodía, se empiece a debatir en Diputados la reforma previsional. Pero también la Casa Rosada quiere sancionar, con apoyo de los gobernadores del PJ, un paquete de cinco leyes: la Reforma tributaria, la ley de Responsabilidad fiscal, el Pacto fiscal, el Presupuesto 2018 y, por supuesto, la previsional. El combinado de proyectos legislativos presentan un fin de año a todo o nada para Macri y su gabinete.
Entre las iniciativas, hay una más que aún está más “verde”: la reforma laboral, que debe comenzar a tratar el Senado, y que llegaría a debatirse en febrero. El resto podrían aprobarse entre el lunes y el viernes por la madrugada en sesiones maratónicas de la Cámara de Diputados.
En este marco, el Presidente se mostró muy activo con no volver a caer en la trampa del kirchnerismo y mañana avanzar con la mentada reforma previsional. “¿Quiénes nos jugaron mal?”, le preguntó a sus interlocutores, a la vez que consultó a sus asesores si era necesario hablar con varios gobernadores. “Por ahora no”, le respondieron.
Los encargados del conteo, y los diálogos son el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y el titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, en contacto con el jefe de Gabinete, Marcos Peña. También colaboran, en las charlas informales con diputados, Nicolás Massot, del PRO, y Mario Negri, del radicalismo. El oficialismo, que cuenta con 108 voluntades, se entusiasmaba ayer con superar los 135 votos y llegar más tranquilo al quórum de 129 que tanto trabajo le dio el jueves pasado. Por ello, ya está decidido que, antes de la sesión, Frigerio –y probablemente Peña también– le presenten a los gobernadores y diputados peronistas el decreto de bono compensatorio que firmará el Presidente. Será una foto al mediodía que promete garantizar una sesión sin turbulencias.
En este contexto, el debate sobre las jubilaciones abrió la grieta del oficialismo. Uno de los diputados más mediáticos del oficialismo, y presidente de la Comisión de Previsión y Seguridad Social, Eduardo Amadeo, admitió ayer que el oficialismo “no comunicó bien” la reforma. En rigor, Amadeo expuso lo que era un secreto a voces en Cambiemos. El miércoles, cuando se trataba el tema en comisión, los diputados del oficialismo, asustados, no querían hablar hasta que apenas cuatro diputados terminaron dando la pelea. Allí fue que Massot le dijo al kirchnerismo que si querían que aparezca dinero lo acompañen a Marcos Paz y Ezeiza. También hablaron Daniel Lipovetsky, del PRO, y los radicales Miguel Bazze y José Cano. Ni uno más.
De hecho, el titular de la Anses, Emilio Basavilbaso, brilló por su ausencia en estos días y siquiera apareció por teléfono el jueves en medio de la crisis política por la caída de la sesión.
Como sea, también por estas horas hay quienes critican fuertemente al vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, uno de los ideólogos de la Reparación Histórica. “Ni siquiera fue una promesa de campaña y nos abrió un agujero fiscal”, se queja ante PERFIL uno de los funcionarios cercanos al Presidente.
Otro punto central será, pasada esta semana de tensión para el Gobierno, el análisis que ya encargó el primer mandatario sobre qué gobernadores y diputados del PJ jugaron “bien”. Así, los asesores del jefe de Estado intentaron calmar las aguas con Juan Manuel Urtubey (Salta) y Gustavo Bordet (Entre Ríos), quienes el jueves no aportaron un solo voto a la reforma previsional. La explicación que le acercaron a Macri fue que, en uno de los casos, los diputados se cortaron solos. En otro, que fueron los propios legisladores que desobedecieron al gobernador.
Distintos son los ejemplos de San Luis, con Alberto Rodríguez Saá (quien siquiera firmó los acuerdos fiscales), Santa Cruz (que fue parte sustancial de los desmanes dentro del recinto) o Chubut, cuyas internas políticas complicaron la búsqueda de mayorías.
Paralelamente, otras dos provincias generan dudas: Formosa y La Pampa, gobernadas por los caudillos peronistas Gildo Insfrán y Carlos Verna, respectivamente. Ambos mandatarios coquetearon con apoyar las reformas, pero en el oficialismo se esperanzan con que, al menos, den quórum y después voten en contra o bien se abstengan.
Pack 5. De todas formas, por estas horas el Gobierno intenta asegurarse aprobar el paquete de cinco leyes navideñas. De ellas, la Reforma tributaria ya tiene consenso y se votaría con los cambios previsionales. El jueves, en tanto, se avanzaría con el Presupuesto 2018 (ya hay pedidos de los gobernadores en este sentido), y con la Ley de Responsabilidad Fiscal (que impone topes al gasto provincial como la creación de fondos anticíclicos) y el Pacto fiscal (que supone cambio en la forma en que se distribuyen los recursos coparticipables). En concreto, las cuatro están atadas una a la otra y requieren el aval de los gobernadores peronistas. Un apoyo clave para que Macri pase una Navidad tranquilo.