La reunión fue el miércoles pasado, en el séptimo piso de una de las oficinas del empresario de la construcción Nicolás Caputo, el “hermano de la vida” de Mauricio Macri y uno de sus dos principales consejeros de confianza en temas de negocios. Allí, un grupo de altos funcionarios porteños y empresarios vinculados al juego, y cercanos a Cristóbal López, ultimaron los detalles sobre la posible firma de un nuevo convenio entre la Lotería Nacional y el Instituto del Juego porteño, para aumentar el reparto de los fondos que genera esa actividad.
Son momentos decisivos para el Gobierno, porque una de las últimas posibilidad que tiene Macri de que la Legislatura porteña avale el nuevo Convenio, de prosperar, es el próximo jueves tres, cuando se celebre la última sesión ordinaria.
El problema es que con cada minuto que pasa, las aguas se dividen más y más en la cúpula del macrismo. Un sector está a favor del acuerdo porque el incremento en la recaudación es significativo: se pasaría a percibir entre 120 millones y 350 millones más, de un parpadeo.Pero un sector, que entiende un poco más sobre política y no tanto de números, se opone por el tremendo costo político que significaría firmar un nuevo acuerdo entre la Nación y la Ciudad (algo que no se da desde 2003). Macri, indirectamente, ratificaría el monopolio lúdico del empresario vinculado al kirchnerismo Cristóbal López, dueño de la mitad del Casino de Puerto Madero y de las máquinas tragamonmedas del Hipódromo de Palermo, en tierra porteña.
Desde hace semanas, funcionarios de la Ciudad y empresarios vinculados al juego mantienen reuniones y hasta redactaron una addenda –un documento con rigor de decreto– que actualizaría el actual convenio. Un poco más restrictivo que el viejo proyecto, que a fines de 2007 encendió cortocircuitos entre la vicejefa de Gobierno, Gabriela Michetti y Macri (ver Cuando...), “No estoy de acuerdo con el convenio, me parece una locura, pero sí me parece válido que la Ciudad reclame su autonomía porque es lo está sucediendo en la mayoría de las provincias, que manejan el juego”, reconoce una de las personas de mayor confiaza de Mauricio Macri.