El frente Cambiemos ya piensa su futuro post PASO. En particular, Mauricio Macri, Ernesto Sanz y Elisa Carrió se esforzarán, tras la elección, para mostrar que seguirá habiendo unidad bajo la máxima consigna peronista: “el que gana conduce y el resto acompaña”.
El líder del PRO, de ganar la interna, está pensando en que Sanz, y en menor medida Lilita, permitan seducir a los candidatos territoriales de todo el país para que se cuelguen a la boleta Macri-Michetti. En el macrismo creen que tras las primarias puede haber candidatos a intendente e incluso a gobernador que, para “cuidar su rancho”, terminen repartiendo al mismo tiempo la boleta de Macri y de Scioli. En especial, esta situación podría darse con los radicales. El jefe de Gobierno porteño intentará que Sanz sea el “garante” de esos acuerdos.
Otro punto central será mostrar que el frente Cambiemos también supone un acuerdo de gobernabilidad. Si bien Macri no adelantó quiénes serían sus futuros ministros, es vox pópuli en el PRO que la UCR se quedará con varios y que Lilita también tendrá, con sus dirigentes, lugares en el caso de llegar a la Casa Rosada.
Los rivales. Tanto Carrió como Sanz esperan que las PASO los dejen en una situación de fortaleza, que les permita tener mayor grado de injerencia en la campaña de cara a las elecciones de octubre. Sanz apuntó el último tramo de la campaña a fortalecer el voto radical, convencido de que la estructura del partido le podría otorgar una base de votos superior a la que le auguraron las encuestas.
Carrió, por su parte, transitó toda la campaña preocupada por mantener la unidad de Cambiemos, más que por fortalecer su propia candidatura. En la última semana, impulsada por las denuncias contra Aníbal Fernández, se sintió revalidada y convoca a un voto que le permita mantener su lucha contra la corrupción.