Hace casi dos meses, decenas de efectivos policiales desalojaron a unos 50 cartoneros en las Barrancas de Belgrano. Fue el primer movimiento estratégico que destapó las intenciones de Mauricio Macri. Ahora comienza a ejecutarse la segunda fase de ese plan, que tiene un fin concreto: quitar a los cartoneros de la Ciudad, reconvirtiéndolos.
Oficialmente se trata del programa Ciudad Limpia, diseñado para avanzar sobre la higiene urbana con una batería de medidas que apuntarán a impulsar el reciclado y reordenar el sistema de recolección. Pero una de sus aristas más importantes es la idea de blanquear a todos los cartoneros para fines de junio. Les pondrán pechera, una credencial y deberán inscribirse en un registro. Ahora se los deberá llamar “recuperadores urbanos”.
Pero ése es sólo el primer paso, porque el proyecto es aún más ambicioso que el empadronamiento: el Gobierno quiere emplear formalmente a una gran parte de ellos. Sobre todo, después de conocer los resultado de algunas encuestas que develaron que más del 60% de los cartoneros quiere dejar de serlo.
Por eso, celebraron una serie de convenios con sindicatos y cámaras empresariales –en principio serían taxistas, gastronómicos y construcción– para que un porcentaje importante sea capacitado y reubicado en distintos oficios, según confirmó en exclusiva a Perfil Juan Pablo Piccardo, ministro de Espacio Público. Así podrán –promete el funcionario– acceder a los mismos derechos que otros trabajadores en blanco, como la obra social, jubilación y un salario superior al actual. “Queremos que se enganchen en la cadena laboral formal”, anticipó.
Según confirmó el subsecretario de Higiene Urbana, Gustavo Grasso, también se trabaja en un minucioso censo para conocer las capacidades laborales de los recolectores de cartón. Algunas encuestas anteriores indican que cerca del 40% tuvo alguna experiencia en albañilería en el pasado. De allí que en los últimos días el Gobierno negoció un convenio con la UOCRA (sindicato de trabajadores de la construcción) para realizar capacitaciones y sumarlos como mano de obra.
También ultiman negociaciones con el Sindicato de Peones de Taxis y la Unión de Hoteleros y Gastronómicos. En el primero hay una necesidad de unos 4 mil conductores y en el segundo se podrían abrir miles de fuentes de trabajo: cocineros, mozos, maestranza, limpieza, etc.
La punta de la lanza del argumento macrista es que al “blanquearse” podrán ganan mucho mejor que los $ 1.200 promedio que perciben hoy por familia e incluso podrían trabajar varios integrantes del grupo familiar. Por eso, llegarán más convenios con otros sindicatos de peso que serán anunciados en las próximas semanas.
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