Hace diez días, tras su contundente victoria en la segunda vuelta de las elecciones porteñas, el jefe de Gobierno Mauricio Macri se fue de vacaciones por Europa con su esposa, Juliana Awada. En eso estaba cuando tuvo que llamar a la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner por su también impresionante resultado en las primarias.
"Estaba en un crucero, en bermudas", contó la mandataria. Ahora Macri volvió al país y debe enfrentar el escenario de total dominio del oficialismo y una oposición fragmentada.
Es que Macri se fue sin apoyar abiertamente a ningún candidato, más allá de su cercanía con Eduardo Duhalde. Y no esperaba, como señalaban muchas encuestas, que el kirchnerismo superara el 50 por ciento de los votos. Se preveía, además, que el segundo rondaría un 20 por ciento en lugar del 12 por ciento que obtuvieron, con mínima diferencia, Alfonsín y Duhalde respectivamente.
Por eso, tras volver hoy al país, Macri tiene previsto reunirse con todos los candidatos presidenciales de la oposición. “El tiene una actitud constructiva, luego de dialogar con ellos, con los que quieran también trabajar con él, evaluará su respaldo”, señaló el diputado del PRO Federico Pinedo, que se reunió hoy con el jefe de Gobierno porteño.
“Mauricio cree también que no sería malo un gesto de grandeza (de los dirigentes opositores). Dice como Perón, primero la Patria, después el partido y luego los hombres”, agregó Pinedo en diálogo con la agencia Télam.
Pero Macri no sólo jugará con la oposición. El diálogo telefónico con la presidenta lo esperanzó y seguirá buscando lograr una audidencia con ella.