María Eugenia Vidal y Mauricio Macri no comparten ningún acto público juntos desde el escenario de sus derrotas electorales en las PASO del 11 de agosto. Mientras la gobernadora bonaerense ya piensa en la conformación de un espacio opositor ante el seguro gobierno de Axel Kicillof en la provincia, el presidente relanzó esta semana su campaña con el improbable objetivo de revertir la diferencia de 17 puntos frente a Alberto Fernández. En ese contexto, los dirigentes oficialistas se mostrarán unidos este miércoles 25 de septiembre por primera vez tras las elecciones primarias, en la inauguración del Metrobus en la localidad de Florencio Varela.
La mandataria provincial estuvo este martes de campaña en San Nicolás y Ramallo mientras que el jefe de Estado expuso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas tras reunirse con directivos del FMI en Nueva York.
En las recorridas por las localidades bonaerenses, Mariu estuvo acompañada en las últimas semanas por la ministra de Salud y Desarrollo Social de la Nación, Carolina Stanley y los intendentes de esos territorios, llevando adelante una estrategia de campaña autónoma. La ausencia del Presidente evidenció las diferencias entre ambos referentes del oficialismo.
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El distanciamiento no fue abrupto. Vidal compartió algunos actos con Macri, aunque no los dos solos. El 21 de agosto la mandataria participó de un almuerzo en la residencia de Olivos con los gobernadores de Corrientes, Gustavo Valdés, y de Jujuy, Gerardo Morales; y el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta. En ese encuentro también asistió el senador Miguel Pichetto, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro del Interior, Obras Públicas y Vivienda, Rogelio Frigerio.
La lealtad de la gobernadora para con el Presidente la demostró poco después de la derrota electoral, cuando permitió que Hernán Lacunza se convirtiera en el nuevo ministro de Hacienda de la Nación y dejara la Provincia.
No obstante, desde el año pasado cuando la imagen de Macri empezó a bajar drásticamente que algunos asesores sostenían que separarse del Presidente podría ser una buena estrategia para que la gobernadora bonaerense no fuera arrastrada por su posible (y tras las primarias confirmada) caída. Los resultados de las PASO pusieron de manifiesto que el corte de boleta la perjudicó: el candidato del Frente de Todos Axel Kicillof la superó por 17 puntos.
En ese marco, Vidal busca despegar su imagen de la del jefe de Estado, así como los intendentes empezaron a alejarse de ambos dirigentes de Cambiemos para intentar ganar en las próximas elecciones del 27 de octubre. Un desafío que en algunos casos se proyecta complicado.
B.D.N./F.F.
