El cambio de clima político generado por las protestas de la clase media y el sindicalismo aceleró las definiciones por la sucesión y desató un convulsionado debate en el Gobierno. La discusión abrió una grieta en el kirchnerismo, entre quienes aceptarían a Daniel Scioli como heredero y quienes, encabezados por Máximo Kirchner, se niegan a reconocerlo como sucesor.
En las últimas semanas, a la candidatura del gobernador cordobés, José Manuel de la Sota, se sumó la postulación de su par bonaerense, Daniel Scioli, que ya no se preocupa por ocultar sus aspiraciones.
Detrás de estos dos dirigentes, el peronismo comenzó a moverse y el kirchnerismo salió públicamente en la voz de Julio De Vido a admitir la posibilidad de una reforma constitucional.
El ministro de Planificación Federal insistió ayer con la re-reelección de Cristina Fernández de Kirchner al asegurar que tienen "la expectativa" de avanzar electoralmente en 2013 para llevar a cabo la reforma constitucional. "Nosotros, como proyecto político tenemos la expectativa de llevar a cabo una reforma constitucional, porque creemos que la Presidenta es una alternativa", dijo el funcionario.
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