El radicalismo puede ofrecerle esta noche un triunfo y cierto alivio a Mauricio Macri si es que retiene Mendoza. Un triunfo paradójico, porque Rodolfo Suárez, el eventual sucesor del gobernador Alfredo Cornejo, se distanció de la gestión de la Casa Rosada y hasta se quejó de campaña “sucia” por algunas boletas pegadas a la imagen del Presidente.
El oficialismo provincial está entusiasmado y confía en una victoria holgada de Cambia Mendoza. El peronismo asegura que la pelea es “pareja” y que Anabel Fernández Sagasti, la candidata opositora, superó la performance de las PASO.
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Mendoza es una de las provincias más importantes del país. Y la campaña no estuvo afuera de la pelea entre Macri y Alberto Fernández. El candidato a presidente del Frente de Todos visitó a Sagasti para contagiar con su aire triunfal la campaña local.
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Kicillof hizo lo propio. Cornejo, que tuvo fuertes críticas al PRO en los últimos meses, se apoyó más en sus aliados radicales, como el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales. Algunas versiones indican que tanto Morales como el candidato a senador porteño, Martín Lousteau, podrían visitar a Suárez si es que gana.
Pero la jornada electoral estuvo llena de tensión, porque Sagasti acusó a Suárez y a Cornejo de violar la veda. Los dos, cuando fueron a votar, criticaron al peronismo y hablaron de populismo y cientelismo, algo que está expresamente prohibido por la Ley electoral.
MC
