POLITICA

Molina Pico: el fanático de El Zorro que sumó enemistades por su actuación en el caso García Belsunce

Sigue trabajando en la zona norte, pero ahora en otra unidad. Enfrentamiento con la familia de la víctima y con miembros del Poder Judicial.

Fiscal Diego Molina Pico
Fiscal Diego Molina Pico | Captura TV

En los últimos días el fiscal Diego Molina Pico se convirtió casi en una celebridad en las redes sociales. Fue tras el estreno de Carmel, el documental sobre el crimen de María Marta García Belsunce, ocurrido en octubre de 2002, y que él investigó durante los siguientes cinco años. Su tono y manera de hablar, así como su declarada fascinación por El Zorro, el mar y su pasado en la Armada, fueron algunos de los aspectos más comentados de su performance en los cuatro capítulos.

Enfrentado con la familia Carrascosa- García Belsunce, Molina Pico no sólo llevó adelante la investigación sino que también participó del primer juicio por el crimen. A poco más de 18 años del caso que marcó su trayectoria profesional, Molina Pico sigue siendo fiscal, pero en la Unidad Fiscal de Flagrancia de San Isidro, que es la que se encarga de aquellos delitos en los que el autor es atrapado mientras lo está cometiendo. Con su aparición en Carmel, Molina Pico rompió el perfil bajo que demostró durante toda la instrucción del caso, pero tras el estreno volvió a llamarse a silencio, y declina de seguir haciendo declaraciones. 

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El caso García Belsunce marcó su carrera así como el enfrentamiento que mantuvo con la familia de la víctima, que lo critica, le apunta con dureza y realizó varios intentos para correrlo de la escena judicial, con pedidos de investigaciones. “Lamento por el resto de la sociedad que Molina Pico siga estando en la Justicia”, aseguró recientemente Carlos Carrascosa, viudo de María Marta en declaraciones a Radio 10. El enfrentamiento entre ambos comenzó poco después del crimen y alcanzó su punto máximo en el juicio en el que Carrascosa estuvo en el banquillo y terminó tras las rejas, de las que recién saldría tras la intervención de tribunales superiores que revisaron el caso. 

La trayectoria de Molina Pico

Abogado desde 1989, Molina Pico tuvo su paso por la Armada, lo que contó en su exposición en el documental, en el que incluso hizo referencia a su relación con el mar. Al Poder Judicial ingresó cinco años antes, en 1984, en la justicia de Instrucción porteña. Especializado en Derecho Internacional Humanitario y de los Conflictos Bélicos, en Derecho Militar y en Derecho Penal, Molina Pico también realizó un doctorado. Hijo de un ex jefe de la Armada, Enrique Emilio Molina Pico, fue cómo casco azul en misión a Puerto Príncipe, en Haití. Era 1993 y pasó allí varios meses. 

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En 1999, ya dedicado por completo a la justicia, fue designado como fiscal de Instrucción de Pilar, donde tres años después, a fines de octubre de 2002, sonó su celular y le informaron de la muerte de García Belsunce. Quien le dio intervención fue el entonces fiscal ante la Cámara de Casación Federal Juan Martín Romero Victorica, amigo de los García Belsunce. Molina Pico llegó al velatorio, en la propia casa de en el country Carmel, donde la familia le dijo que había muerto en un accidente en la bañera. 

El caso García Belsunce

Esa visita, a la que llegó acompañado del ex comisario de la bonaerense Aníbal Degastaldi, incluyó una charla en la cocina de la casa, con parientes de la mujer. A partir de allí ocurrió lo que se considera el primer y gran error de la investigación: no haber pedido la autopsia inmediata del cuerpo. Recién se hizo un mes después, tras una serie de declaraciones testimoniales, en especial la del médico Juan Ramón Gauvry Gordon, que acudió aquella noche a Carmel con una ambulancia y que fue quien dio cuenta de los orificios de bala que había en la cabeza de la mujer. El propio Molina Pico hizo referencia a esa declaración en el documental y cómo cambió su percepción de lo sucedido en referencia a lo que estaba escuchando, al punto tal que convocó a una secretaria para que también escuchara lo que estaba oyendo él.  

El cuerpo de García Belsunce fue finalmente exhumado el 2 de diciembre de ese año y tras los resultados de la autopsia que confirmó el final de la mujer, Molina Pico orientó la investigación al círculo más íntimo de la mujer tras lo que terminaría llevando al banquillo al viudo, Carlos Carrascosa, acusado del crimen y encubrimiento del mismo. Convencido, apuntó al resto de la familia, que participó de los momentos posteriores al hallazgo del cuerpo, tal como fueron declarando. El derrotero judicial sumó varias idas y vueltas. Pedidos de medidas, rechazos, apelaciones y revisiones del caso.

Sus enemigos

En paralelo, el convencimiento De Molina Pico lo llevó a sumar enemistades. No sólo tuvo enormes diferencias con el juez de Garantías del caso, Diego Barroetaveña, sino también con su superior Julio Novo, por entonces jefe de fiscales de la jurisdicción. Para  2018 Novo protagonizó su propio escándalo, cuando debió renunciar acusado de dar protección a narcos. Molina Pico también se enfrentó con Romero Victorica, a quien también pidió que se lo investigue por encubrimiento. En contraposición a eso, de quien sí tuvo apoyo fue del procurador de la Corte Suprema de la provincia de Buenos Aires, el fallecido Eduardo de la Cruz. 

Para marzo de 2003 Molina Pico fue removido de la fiscalía de Pilar y quedó únicamente dedicado al caso, en el que estuvo hasta 2007.  Tras eso, cubrió distintas subrogancias hasta que recaló en la Unidad de Flagrancia. Intentó, sin suerte, ocupar puestos tanto en la justicia federal como en la Cámara de San Isidro.  Luego llegó a la Unidad de Flagrancia en la que está actualmente y en la que conserva el cargo al que accedió hace 21 años, pero orientado a otro tipo de tareas.