La tradición indica que un hombre de poder que quería mantener la importancia de su familia debía tener un hijo abogado, un militar y un cura. Hugo Moyano propició su propia versión sindical: un gremialista, un político y un abogado laboralista. Con tres estilos y temperamentos distintos, son los herederos del clan cegetista más poderoso entre los siete hijos del dirigente de 72 años.
El paso al costado del secretario general de la CGT Azopardo que se espera como parte del proceso de unidad de las tres centrales los dejará como los responsables de continuar un legado marcado por una relación de sociedad y enfrentamiento con el poder político de los últimos veinte años.
Pablo, de 45 años e hijo del primer matrimonio de Moyano, es el más temperamental. Muchos colegas lo interpretan como el álter ego combativo de su padre. Amigo de los exabruptos, es el responsable de la conducción de la corona de la familia, la Federación Nacional de Trabajadores Camioneros, y el único de los tres que acompaña a su padre en su pasión: Independiente. El secretario adjunto de Camioneros cae mucho en exabruptos y es quien más desconfianza muestra hacia el poder político. También es el que más se ha involucrado en el proyecto político futbolístico de su padre, que podría llevarlo a competir por la AFA.
Facundo, de 31 años, también incursionó en el mundo sindical y futbolístico. Pero es, más que cualquiera de sus hermanos, un animal político. Dirige el sindicato de peajes desde 2006, tras propiciar su creación. Como parte de su armado sindical fomentó liderazgos alternativos, como en aeronavegantes, y nuevos gremios, como la Unión Informática. En 2010 construyó la Juventud Sindical, contracara moyanista de La Cámpora poco antes del quiebre con los K. Como diputado desde 2011, manejó siempre sus tiempos políticos con independencia de su padre, tardó dos años más en separarse de la bancada del FpV y luego abrazó el proyecto massista en medio de las indefiniciones paternas. En 2012 incursionó como presidente del Club Alvarado, que dejó al tiempo. Sueña con saltar a una gestión ejecutiva, tal vez en su ciudad, Mar del Plata.
Huguito Moyano es el menos conocido y cultiva el perfil bajo. Como Facundo, es hijo de Elvira de los Angeles Cortés e hincha de River. Se conviritó en la referencia para los temas legales de los sindicatos moyanistas. Tras la traumática separación política con Héctor Recalde, Hugo comprendió que no podía dejar eso en manos de alguien que pudiera pasarse de bando. Huguito refrenda como letrado lo que Pablo consigue en las calles, como acuerdos paritarios o ampliación de afiliados. Cuando le preguntan por sus hijos, Hugo siempre señala el orgullo de tener un abogado.